La Xunta de Galicia se suma a las demandas presentadas por productores de planta ornamental y de flor cortada del Baixo Miño, del resto de Galicia y de otras comunidades autónomas, para reclamar al Estado ayudas directas destinadas a este sector afectado por la emergencia sanitaria.

En concreto, el Gobierno gallego apoya también la causa de otras comunidades autónomas, de la Asociación Galega de Cooperativas Agrarias (Agaca) y de las organizaciones del ramo, incluidas las de Galicia que remitieron sendas cartas al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación instándole a aprobar ayudas económicas para paliar la crisis derivada del Covid-19.

La Xunta considera que "se quedó corto" el reglamento de la Comisión Europea por el que se autorizaron medidas para la estabilización del sector de las plantas vivas y flores cortadas, a pesar conocerse que su mercado es de carácter estacional, centrado en la primavera.

El cierre de los comercios y establecimientos durante el confinamiento impidió la venta para eventos y días señalados, así como las adquisiciones por parte de particulares para acondicionar sus segundas viviendas y también la venta para la plantación en parques y jardines.

En esa línea, el gobierno gallego confirma que España fue el país de la Unión Europea más perjudicado, al ser el único en el que las tiendas de flores estuvieron cerradas durante dos meses. No se entiende que este sector tan castigado por la pandemia, que acumula pérdidas superiores a los 440 millones de euros, no disponga de un régimen de ayuda y tenga tan poco respaldo financiero en el reglamento de la Comisión Europea.

Viveristas del Baixo Miño

El sector viverista de flor cortada del Baixo Miño, tras dos meses sin venta, sufre consecuencias desastrosas que suponen pérdidas entre un 40 y un 60% de la facturación, dependiendo de la empresa, explicó días atrás Patricia Rodríguez, presidenta de acuBam. En el caso de Viveros O Toxal, su ingeniero agrónomo Ángel Patiño Diéguez cifra en más de 100.000 euros en flor que fue directa a la basura, al no poder venderla por estar cerrados los comercios y viveros.

Emilio Estévez, gerente de Coplant, empresa comercializadora de plantas de Galicia con sede en el Baixo Miño, informa que la comarca cuenta con más de 1.000 hectáreas de viveros. En los dos meses de alerta calcula que dejaron de vender dos millones de euros en planta ornamental.