Recibe a cientos de vecinos e incluso bañistas de la contigua parroquia viguesa de Teis y se encuentra en un entorno totalmente urbano, pero en el paisaje de la playa de Arealonga, en Chapela, jamás se había colado el típico kiosco de helados. El primero de su historia está instalado y se prepara para abrir cuanto antes.

La Jefatura Provincial de Costas del Estado ha otorgado permiso para colocar la caseta de madera por primera vez en el entorno y se encuentra ubicada en el acceso desde el paseo de Cardona. Su presencia desató inicialmente quejas por parte de los hosteleros de la zona, pero todo está en regla, según confirma el concejal de Medio Ambiente de Redondela, Roberto Villar, quien llama a la "convivencia y solidaridad" .

El Concello se ha encargado este año de recoger las solicitudes, pero fue el departamento estatal el que se hizo cargo del concurso público para adjudicar los establecimientos a pie de playa. También en el caso de Cesantes, que este ano pierde uno de sus chiringuitos debido al cambio normativo. Según explica Villar, el reglamento que entró en vigor el año pasado establece un máximo de un negocio de este tipo cada 300 metros, de manera que serán dos los que funcionen en el arenal redondelano.

Todavía está pendiente la adjudicación de los citados chiringuitos. El confinamiento ha ralentizado todos los procedimientos administrativos, pero se espera que queden resueltos en cuestión de días para aprovechar las jornadas de buen tiempo.