La reforma del último tramo de la Estrada do Galleiro, en la parroquia redondelana de Vilar de Infesta, va a provocar más de un quebradero de cabeza a la Diputación y el Concello, las dos administraciones que promueven la actuación. La asociación de vecinos, que lleva seis años reclamando una urbanización con aceras a ambos lados -iguales a las que se construyeron en las fases anteriores-, no aceptan el proyecto aprobado por el organismo provincial para reforzar la seguridad vial en la zona. Este solo contempla una senda para peatones y ciclistas de 2,5 metros de anchura en uno de los laterales, además de un arcén de seguridad, pasos de peatones elevados y badenes para reducir la velocidad de circulación del tráfico, una actuación que el colectivo vecinal rechaza y califica de "chapuza". "No tiene nada que ver con lo que constaba en el proyecto inicial, lo que se nos dijo que se iba a hacer y por lo que llevamos tanto tiempo esperando. Esto es una zona residencial y queremos que se urbanice igual que el resto del vial, como nos habían prometido", afirma la presidenta de la asociación, María Rita Iglesias.

El proyecto de la reforma de la Estrada do Galleiro, la carretera provincial entre Os Valos y Guizán, se aprobó en 2013 y se dividió en tres fases. Las dos primeras se ejecutaron al año siguiente para dotar de aceras el primer tramo, de unos dos kilómetros, y quedaron pendientes los últimos 600 metros que debían construirse a continuación. Sin embargo, el tiempo fue pasando y con el cambio de gobierno en la Diputación se decidió encargar un nuevo proyecto en el que en vez de las aceras se dotará al vial de una senda en uno de los lados. "Desde el primer momento dijimos que no aceptamos eso, lo que queremos es lo que constaba en el proyecto inicial. Los vecinos estamos de acuerdo en ceder el terreno necesario, pero las aceras son innegociables. Aquí no vamos a tener ciudadanos de primera y de segunda, todos somos iguales y tenemos los mismos derechos, y si se nos dijo que se iba a hacer una cosa queremos que ahora se cumpla", subraya el vicepresidente de los vecinos, Manuel Davila.

La gota que colmó el vaso de la paciencia de los vecinos fue el pasado día 7, cuando el pleno de Redondela aprobó el proyecto en una sesión celebrada por vía telemática en pleno estado de alarma. Algo que no ha sentado nada bien a los residentes de la zona, que ayer se concentraron en el vial para expresar su rechazo y advertir a las administraciones que, en caso de no atender sus demandas, impedirán el inicio de las obras. "Nos pondremos delante de las máquinas y haremos caceroladas delante del Concello, Diputación o donde haga falta, pero esto no lo permitiremos", advierte Davila.

Los trabajos cuentan con un presupuesto de 406.000 euros, que se financiarán a través de un convenio entre el Concello y la Diputación. Los residentes de la zona llevan años reclamando aceras debido al elevado tráfico que soporta de camiones que se desplazan desde la zona industrial de Arrufana y Guizán hacia Os Valos.