Los comedores escolares son esenciales para las familias con menos recursos y, con los colegios cerrados, algunos niños pueden ver mermada su alimentación. El Concello de Gondomar trata de evitarlo a toda costa con lotes de emergencia de productos frescos y envasados. La propia concejala de Benestar Social, Nuria Lameiro, y el personal de su departamento repartieron ayer un total de treinta y dos paquetes por el municipio.

Lo hicieron tras llamar a las 39 familias de niños con becas de comedor. "Solo siete declinaron la ayuda porque no les hace falta, para que la hagamos llegar a gente que lo pueda necesitar más", explicó la edil.

Fiambre, queso, yogures, leche, pan de molde, verduras y fruta componen esta primera remesa de apoyo alimentario para los más pequeños, que "repetiremos la próxima semana, en función de las necesidades", apunta Lameiro.

Su departamento está muy pendiente de los vecinos más vulnerables, "tanto los que están solos y puedan necesitar que les vayamos a comprar algo como los que carecen de recursos".

Las compras compulsivas previas al estado de alarma dejaron los supermercados al límite y en las estanterías se encuentran las marcas más caras. "La gente tiene dificultades porque la compra les cuesta más en estos momentos y tratamos de paliarlo", indica la concejala.

El banco de alimentos municipal entrega los lotes cada primer martes de mes, pero en esta situación "estamos tratando de realizar otro reparto para que nadie se quede sin productos de primera necesidad", afirma.

Son 99 las unidades familiares que atiende este servicio, en total, "en torno a 400 personas, porque hogares con un integrante solo tenemos 35, el resto son casi todos familias numerosas", informa la edil.

Una cifra que irá en aumento con toda la probabilidad, según vaticina Lameiro, porque "ya hay gente que nos está pidiendo ayuda ante lo que se viene encima: los ERTE en las empresas, el paro?".