Los vecinos de una casa del Camiño de Parada de Chapela llevan siete años peleando con el Concello de Redondela y con la empresa Aqualia ante la amenaza de derrumbe de un talud de tierra de cuatro metros de altura que soporta un tramo de la Senda da Auga, una de las principales rutas de senderismo de la comarca que recorren cada fin de semana cientos de personas.

La propietaria de la vivienda, Gladys Cabaleiro, asegura estar harta de presentar escritos ante las administraciones, mientras pasan los años y la situación empeora. "Hace meses nos dijeron que no nos preocupásemos, que antes de que acabara el año ya estaría levantado el muro de contención. Pero la realidad es que todo sigue igual y con las lluvias de los últimos días hubo desprendimientos y nos tememos que se pueda venir todo abajo", comenta.

La zona se encuentra a escasos metros de la intersección entre el Camiño da Traída con el Camiño de Parada, en un punto con un gran desnivel del terreno en el que en 2012 ya se produjo un desprendimiento de tierra. Los residentes del entorno temen que con los fuertes temporales se reblandezca el terreno y pueda volver a caerse y afectar a la carretera, lo que supondría un riesgo para los vehículos y viandantes. En este sentido advierten que hay un tramo que ya está hueco bajo en asfalto, un peligro ya que por este punto pasan a diario el bus escolar y el camión de la basura, así como peatones y peregrinos, al tratarse del Camino de Santiago.

Desde el Concello explicaron a los afectados que las competencias sobre el talud pertenecen a Aqualia, por lo que es la empresa la que debe ejecutar la obra.