Pocos centros escolares pueden presumir de la tranquilidad y las vistas que disfrutan en el nuevo colegio Igrexa de Chapela, ubicado en la zona alta de la parroquia, en Cidadelle. Las recién estrenadas aulas destacan por su luminosidad y por el impresionante paisaje que se contempla desde ventanales, desde Rande a las islas Cíes. Este fue uno de los aspectos principales que destacaron ayer los padres de alumnos durante la jornada de puertas abiertas del centro educativo, en la que tuvieron la oportunidad de conocer las nuevas instalaciones.

La directora del centro, Patricia Román, que guió el recorrido por las distintas dependencias, se mostró satisfecha de la marcha del centro en sus primeras semanas de funcionamiento a pesar de los problemas de organización de los primeros días y de las carencias de material, como las pizarras electrónicas o los ordenadores del aula de informática, que aún no llegaron. "El balance hasta ahora es muy bueno, con unas instalaciones modernas, luminosas y amplias que dan respuesta a nuestras reivindicaciones, a falta de detalles puntuales que se irán resolviendo en los próximos días", explica.

Román asegura que los niños "se adaptaron muy bien" al nuevo centro escolar y los profesores "están encantados" con el cambio. "En general todo el mundo está muy contento a la espera de solventar los detalles pendientes, como la falta de pantallas y ordenadores, la puesta en marcha del ascensor o la mejora del patio con la plantación de arbolado". Incluso uno de los principales problemas que presenta el centro, como los malos accesos y las escasas plazas de aparcamiento, tampoco han supuesto un obstáculo en los primeros días de rodaje. "Ni siquiera hay problemas con los coches a la hora de entrada y salida de los niños y con la nueva ubicación se han incrementado los usuarios del transporte escolar y también del comedor, con casi 30 niños cuando antes el máximo era de 18", apunta.

Los padres, en general, también destacan la mejora de las instalaciones, aunque critican las carencias por las prisas de última hora para poder abrir a principio de curso. "Es evidente que el cambio es a mejor, ya que es un colegio nuevo, pero creo que se precipitaron para la inauguración porque faltan muchas cosas. No puede ser que un centro incluido en el proyecto Abalar inicie las clases sin pantallas electrónicas, ordenadores e incluso sin conexión a internet. O que el ascensor no funcione, o que veinte días después de arrancar el curso todavía estén los obreros trabajando en las inmediaciones. Todas estas cuestiones se tendrían que haber resuelto antes de iniciar el curso, y si no daba tiempo, tampoco pasaba nada por continuar en el antiguo edificio hasta diciembre y realizar el traslado en las navidades", afirma Juan Pérez, padres de un alumnos de 4º de Primaria.

Isabel Rodríguez, madre de un niño de 1º de Primaria, destaca la calidad del nuevo colegio. "Sus aulas son muy luminosas y es un acierto que las de infantil tengan el baño en el interior de la clase", aunque también se muestra crítica con algunas cuestiones. "El patio tiene varias alturas con barandillas y escaleras, que puede ser peligroso para los niños, y tampoco entiendo cómo no hicieron un salón de actos para actividades", afirma.

Gonzalo Fernández, con una hija en 4º de Primaria y otro en 1º de Infantil, considera que las aulas "podían ser más amplias" y también lamenta que no se pusiera una cubierta al patio "porque los días de lluvia no se podrá utilizar". Además critica los malos accesos. "Las aceras hasta la Avenida de Redondela tenían que estar antes de abrir el colegio, es un peligro subir andando", comenta.

ISABEL RODRÍGUEZ Y JON RODIÑO

"Las clases son muy luminosas y es un acierto que tengan baño"

JUAN PÉREZ Y RAQUEL SÁNCHEZ

"Hay muchas carencias, se precipitaron para abrir"

GONZALO FERNÁNDEZ Y ANDREA LÓPEZ

"Las aulas podían ser más amplias y el patio, con cubierta"