Los 120 alumnos de segundo curso de la Escola de Arquitectura de la Universidade da Coruña instalarán en Gondomar su base de operaciones el próximo curso. Las calles y espacios naturales de la localidad servirán de inspiración a los arquitectos gallegos del futuro para diseñar sus primeros bocetos y aportar ideas que los transformen. Lo harán en el marco de la asignatura de Proxectos y en virtud de un convenio que ayer mismo firmaron el gobierno municipal y representantes de la entidad universitaria.

Los profesores que coordinarán estos trabajos se desplazaron ayer por segunda vez al municipio. En su primera visita plantearon al alcalde, Francisco Ferreira, la posibilidad de tomar el municipio como referencia. El regidor mostró su "total disposición a colaborar con proyectos que no solo apuestan por las nuevas generaciones y su formación, sino que contribuyen a la recuperación de nuestro entorno y nuestra historia". En este nuevo encuentro, los docentes conocieron los espacios que los alumnos analizarán a partir de septiembre. Se centrarán en el antiguo cine del municipio -que funcionó durante dos décadas desde 1967 en el edificio que hoy alberga un taller mecánico junto a la glorieta entre las calles Elduayen, Campo da Feira y Curros Enríquez-, la finca del Pazo do Conde o el entorno de los antiguos molinos de azufre de Vilaza. Los profesores, que mostraron su interés por "trabajar en Gondomar porque sus grandes posibilidades arquitectónicas y de desarrollo", ven potencial formativo y urbanístico en dichos lugares.

Los trabajos que elaboren los alumnos serán publicados y estarán a disposición del Ayuntamiento, según afirmó el docente que coordina la iniciativa educativa "Paisaxe, Arquitectura e Cidade", Luis Muñoz, quien destacó que los proyectos estarán perfectamente acreditados. "Queremos documentar lo que hagamos, venimos a investigar y esa es la cualidad que imponemos siempre en nuestro trabajo".