Los redondelanos renovaron ayer su devoción por el Santísimo Cristo de la Agonía, popularmente llamado Cristo de los Navegantes, con una multitudinaria procesión marcada por el solemne golpeo de los bastones en los que se apoyan los porteadores de la imagen.

La comitiva del Cristo recorrió durante más de dos horas la villa para trasladar la imagen desde la iglesia de Santiago al convento de Vilavella, mientras los asistentes acompañaban su tránsito a la luz de miles de velas, en un ambiente de fervor religioso.

Festivo local

La del Cristo de la Agonía es una de las celebraciones religiosas más sentidas en Redondela, donde la jornada se declara festivo local. A la imagen se le atribuyen favores y la protección de las gentes del mar, de ahí su denominación popular. De hecho la procesión atrae a vecinos de todas las parroquias pero en particular de Cesantes.

Como es tradicional, miembros de la Hermandad del Cristo de los Navegantes porteaban la imagen, acompañados por representantes de la corporación municipal, de la Banda de Música de Redondela y cuerpos de seguridad.

Emoción

El momento de la salida de la imagen desde la iglesia de Santiago para iniciar el recorrido por la parte antigua de la villa recoge la mayor emoción, ya que los porteadores levantan la imagen mientras una coral y los fieles entonan el himno al Cristo de los Navegantes.

El programa de actos religiosos se completó por la mañana con la salida del viático para dar la comunión a las personas enfermas y la misa solemne cantada por la tarde.