La historia se repite en la antesala de la esperada Festa da Arribada de Baiona. La villa espera recibir a una multitud de más de 100.000 personas los días 1, 2 y 3 de marzo y el tradicional operativo especial de seguridad para mantener el orden corre el riesgo de verse reducido a causa del conflicto laboral del Concello. Más de un centenar de agentes municipales baioneses y de otros municipios próximos participan junto con guardias civiles y bomberos en el retén que cada año reúne a más de un centenar de efectivos. Pero la Policía Local vuelve a amenazar esta vez con no reforzar el servicio y dejar que solo los dos agentes de turno patrullen las calles tras frustrarse otro acuerdo laboral para compensarlos por trabajar en horario nocturno y en fines de semana.

La situación es similar a la pasada edición de la fiesta. En 2018, los agentes anunciaron al gobierno que no realizarían horas extra y algunos incluso solicitaron a compañeros de otras localidades que no acudiesen en apoyo a sus reivindicaciones. Estaba en juego la aprobación de la Relación de Postos de Traballo (RPT) del Ayuntamiento, el plan previsto para equilibrar los sueldos a las tareas y responsabilidades de cada trabajador municipal. Finalmente, como muestra de buena voluntad para alcanzar un acuerdo, accedieron a reforzar el servicio como siempre.

Paso atrás

Pero las circunstancias no solo no han cambiado desde entonces para los agentes, sino que el horizonte para lograr sus objetivos parece alejarse más. El gobierno local decidió guardar la RPT y los 100.000 euros previstos para la correspondiente subida salarial de la plantilla en un cajón, después de más de un año de negociaciones sin éxito. El alcalde, Ángel Rodal, se comprometió en junio a subir el sueldo a los 45 trabajadores a turnos -desde los policías, a los operarios de Vías y Obras, de limpieza, museos y biblioteca-, pero finalmente dio marcha atrás porque los informes jurídicos municipales eran negativos. Después de aquel episodio, la mitad de la plantilla policial cayó de baja en pleno agosto.

Tras reorganizar el gobierno después de marcharse a la oposición la edil Beatriz González y dejar al PP en minoría en la Corporación, el alcalde puso al frente del área de Seguridad en noviembre al concejal Raúl Costas Lafuente. Desde entonces, el horario de los policías se adaptó a las 35 horas semanales y pasaron a descansar cinco días por cada seis trabajados, uno más que antes. A ese acuerdo alcanzado con el nuevo responsable político del departamento, se sumó, según asegura la Asociación Sindical Independiente de Baiona (ASIB) que representa a la gran mayoría de los agentes, una propuesta para compensar las noches, fines de semana y festivos con horas de descanso que, de no disfrutarse en el plazo de tres meses, se abonarían.

Una vez más, el planteamiento no pasó el filtro de la junta de personal. Representantes sindicales de UGT y CC OO lo rechazaron por considerarlo ilegal y el informe del departamento jurídico municipal también lo cree irregular. Así que Rodal tampoco lo aprueba.

"Espantada"

Como consecuencia, el sindicato policial se niega a realizar horas extra y acusa al alcalde de "dar la espantada". "Todas las propuestas para desenquistar este conflicto y organizar adecuadamente los servicios con un mínimo de seguridad han sido desoídas por el máximo representante del Ayuntamiento, demostrando una clara falta de interés de atender los servicios municipales que no le son rentables políticamente, anteponiendo los intereses personales a los generales de los ciudadanos", apuntan desde ASIB.

Rodal, por su parte, indica que "la única forma legal de abonar un complemento específico a estos trabajadores es la RPT" y confía en resolver el asunto antes de la Arribada. A tres semanas de la mayor celebración de la villa real y a una de la junta local de seguridad para organizar el operativo, el alcalde insta a los agentes a deponer su actitud y les recuerda que han recibido mejoras sustanciales en este mandato "como el complemento de destino y el aumento de descansos ". Por eso confía en su colaboración, "por el bien de todo el pueblo, porque la fiesta no es del gobierno sino de todos los baioneses".