Muchos de los afectados de Paramos seguirán angustiados hasta que puedan ver rehabilitadas sus casas. Algunos ya tienen parte del dinero aportado por las compañías de seguros o por la Xunta de Galicia, que actuó con agilidad, pero no pueden contratar las obras porque la zona está sin desescombrar.

Seis meses después de la explosión, que dejó dos muertos, una treintena de heridos, y cientos de damnificados... la situación de la "zona cero" es muy similar a la de los siguientes días de la explosión. Ya no humea ni se perciben olores nauseabundos, pero los toldos azules pueden verse desde Tui, y varias vallas siguen prohibiendo entrar porque la zona es peligrosa por la caída de objetos o la existencia de pozos y desniveles.

Lo que más preocupa a la asociación de afectados y los vecinos en general es la posibilidad -ya planteada por el Ministerio de Política Territorial- de que el desescombro quede en manos del Concello de Tui, aún asistiendo el compromiso de financiación por parte del Gobierno central.

El desescombro valorado en más de tres millones de euros tiene una duración de ejecución de tres meses, pero si es el Ayuntamiento quien lo tramita, tardaría cerca del año en estar completado.

"El concello tendría que licitarlo, asignar a una empresa, un proceso que seguramente dure más de medio año y al que tendremos que sumarle tres meses más del propio desescombro. En resumen: los vecinos solo podremos comenzar a reconstruir nuestros hogares a finales de 2019 o principios de 2020, y todo ello en el mejor de los casos", afirma un portavoz vecinal.

El pasado sábado ya realizaron una concentración ante la Subdelegación de Gobierno de Pontevedra y paralelamente el gobierno municipal de Tui presenta a pleno una moción para solicitar que el desescombro se asigne a Tragsa, con el fin de que puedan agilizarse los plazos. El alcalde, Carlos Vázquez Padín, tratará este asunto en una reunión con los vecinos este sábado.