Una placa de pladur de un metro cuadrado del techo del vestuario masculino de la piscina mancomunada de A Ramallosa se desplomó ayer en presencia de varias personas. El desprendimiento sucedió en un momento de poca afluencia al centro deportivo, a media mañana, y nadie salió herido. Pero el incidente reavivó las quejas de la plataforma de usuarios, que lo calificaron de "una prueba más" de la precariedad de las instalaciones que denuncian desde hace meses.

Una patrulla de la Policía Local de Nigrán levantó atestado de lo sucedido y el vestuario quedó cerrado al público, aunque el techo fue reparado por la tarde, según aseguró el presidente de la Mancomunidade do Val Miñor y alcalde de Gondomar, Francisco Ferreira.

La plataforma insiste en dudar de la reforma integral que la concesionaria, Serviocio, asegura haber realizado por 260.000 euros en agosto, mes en que el centro permaneció cerrado. "La realidad es que, a fecha de hoy, la instalación sigue presentando graves deficiencias, como el agua fría en las duchas, la falta de máquinas e incontables problemas provocados por la falta de mantenimiento de una instalación, a la que los alcaldes de Baiona, Nigrán y Gondomar dieron su visto bueno en rueda de prensa subidos a las tres únicas elípticas que había disponibles".