El gobierno local de Redondela se ha puesto como reto acabar con los problemas de malos olores y ruidos que causa desde hace años la depuradora de aguas residuales de A Marisma entre los residentes del entorno. Para ello, los responsables municipales apuestan por trasladar la planta a un emplazamiento más acorde y alejado de las casas. El alcalde de Redondela, Javier Bas, aprovechó ayer la visita del vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, para trasladarle de nuevo la necesidad de buscar "una solución" a este problema de malos olores que causa la estación de tratamiento de aguas residuales.

Bas incidió en que se trata de una infraestructura "muy antigua", que el proceso de depuración "no es el más moderno", sin separación de aguas pluviales y fecales, y "la ubicación no es la más adecuada". Con estos argumentos señaló que "es el momento de hacer un planteamiento alternativo", reclamó el regidor.

Rueda admitió que "no es la primera vez" que el alcalde de Redondela traslada la necesidad de abordar la situación de la depuradora, y reconoció que hay que buscar una solución, aunque previamente será necesario "un estudio para ver el mejor emplazamiento".

La planta fue construida hace 25 años y con el tiempo las instalaciones se sometieron a diversas obras para mejorar su rendimiento y minimizar los malos olores que causaba en el entorno, aunque nunca fue suficiente.

La última actuación fue en 2015, con una inversión de la Consellería de Medio Ambiente de 196.329 euros en la depuradora redondelana con el objetivo de modernizar el sistema de tratamiento y reducir la emisión de olores. Además se plantaron especies vegetales en el perímetro de la planta para mejorará la calidad visual y sonora en el entorno.