Los hosteleros y comerciantes del primer tramo de la calle Paseo Matutino, en el centro de Ponteareas, ya han comenzado la cuenta atrás. Les han comunicado que las obras de humanización de su calle se demorarán 50 días. Éstas comenzaron oficialmente el pasado miércoles, 12 de septiembre, con la firma del acta de replanteo, así que ya cuentan los días para que estén acabadas y el resultado merezca la pena para que su clientela vuelva a ser la misma o, mejor aún, aumente. Los más perjudicados han sido los hosteleros al quedarse temporalmente sin terrazas.

"Creemos que 50 días son demasiados para un tramo tan pequeño de cale, así que pedimos que la empresa contratada destine a estas obras el mayor número de trabajadores posible para agilizar los trabajos y acabarlos cuanto antes", explica el presidente de la asociación de hosteleros de la localidad, Isidoro Pino, quien asegura que con las obras su tapería ya está facturando una media de 700 euros menos diarios. "Al no pasar el tráfico por aquí y tener que aparcar en otras zonas, los clientes ya se quedan a comer en otros sitios y no vienen caminando hasta aquí con el calor que hace", afirma Pino.

El lateral izquierdo de la calle, visto desde el Ayuntamiento, ha sido el primero en quedarse sin acera. "Notamos que bajó la clientela al no tener la terraza y al no haber tránsito por esta calle", indica Rubén, de la cafetería Quo Vadis, que por suerte también tiene entrada por la calle Escritor Domínguez Benavides.

Más allá de las molestias que les puede causar el ruido o el polvo que genera inevitablemente este tipo de obras, lo que más les preocupa es la bajada de facturación que ya han constatado en los primeros días. "Han comenzado los institutos y otros años tenía cola y ahora a penas, y aún encima, para evitar el polvo y el ruido tengo que tener la puerta cerrada", apunta Delia García, de Librería Don Papel, quien cree que "hay otras muchas calles del centro de Pontearaes que están en peor estado y necesitaban una reforma".

En la otra acera, la cafetería Teatrovar también ha notado una considerable bajada de ingresos al quedarse temporalmente sin terraza. "Al no haber aparcamiento aquí, la gente ya toma algo por donde aparca, no viene caminando hasta aquí", señala el camarero.

La propietaria de la tienda de pinturas Barco León, Ana Barco, cree que el resultado compensará las molestias de las obras. "Merecerá la pena porque tendremos otra calidad de vida", apunta.