La señalización oficial y definitiva del Camiño Portugués da Costa se ha encontrado con una especie de sabotaje en Nigrán. Tres de los mojones que la Xunta ha colocado en los últimos días en la parroquia de San Pedro han aparecido rotos y todo apunta a que los autores de los destrozos actuaron con un móvil: dejar claro que la ruta jacobea original no es la que marcan estos postes de granito, sino la que estaba ya indicada con rudimentarias flechas pintadas en amarillo en el suelo.

Hace dos años que esta variante del Camiño de Santiago es oficial, pero fue en 2015 cuando se instalaron las primeras indicaciones para orientar a los peregrinos que comenzaban a recorrerla. El Concello de Nigrán puso algunas, incluso dotó de paneles informativos los once monumentos que se encuentran a su paso, y la Xunta también había habilitado otras. Convivían así unos pocos mojones con las citadas flechas de pintura en el suelo. Todo a lo largo de un trazado de diez kilómetros consensuado por ambas administraciones a partir de diversos estudios históricos, que se remontan al siglo XII, cuando el arzobispo de Canterbury Santo Tomás Becket utilizó supuestamente como albergue el monasterio de Oia cuando peregrinó desde Portugal a Santiago.

El recorrido nigranés deja Baiona en el puente de A Ramallosa, pasa por el Pazo de Pías y se dirige a San Pedro. Desde allí, continúa por el Camiño da Camesella, cruza el río Muíños y Porto do Molle, atraviesa el río Nespereira y sigue hacia San Félix. La escasez de indicaciones, demasiado distanciadas en algunas zonas, llevaba a los caminantes a perderse en muchas ocasiones.

De manera que el proyecto actual de señalización del organismo autonómico Turismo de Galicia trata de dejar clara la ruta de A Guarda a Redondela, con más mojones en el ámbito rural y conchas metálicas en los entornos urbanos, con un presupuesto de 800.000 euros. Pero en este caso, desde el atrio de San Pedro, el Camino lleva a los peregrinos por la Rúa Pereira hacia el espacio deportivo de Ureca, para seguir por la carretera Vigo-A Guarda, la PO-552, hasta el instituto Val Miñor, y desde allí, hacia O Ceán por el interior . Y son precisamente los nuevos hitos que conducían por este desvío los destrozados.

Se desconoce si los responsables de los daños han actuado para evitar que los peregrinos se pierdan o por algún otro interés, pero lo cierto es que derribaron el nuevo mojón del atrio parroquial de San Pedro y se molestaron en arrancarle las conchas de cerámica para colocarlas en un bordillo, con sus flechas apuntando a la dirección contraria. Asimismo, han golpeado hasta quebrar los postes de piedra de la rotonda del Camiño da Rosiña y otro unos 50 metros río abajo.

El departamento del Gobierno gallego no tenía constancia ayer de los daños, aunque aseguró que denunciará cualquier ataque de estas características ante las fuerzas de seguridad.

El Concello de Nigrán comprobó ayer mismo los destrozos y el alcalde, Juan González, lamentó lo ocurrido, aunque anunció que pedirá explicaciones al Ejecutivo autonómico por el desvío. "Se cremos que este é un Camiño non o podemos estar cambiando porque entón deixaremos de crer nel", dijo. En este sentido, fuentes de Turismo de Galicia aseguraron ayer que los alcaldes están informados de los detalles de la intervención desde principios de año.

El "baile" de mojones ha afectado también a Priegue. Aunque los recién colocados allí sí respetaban el trazado oficial, la empresa encargada de instalarlos ya los ha retirado. Y es que la parroquia limita con Vigo, donde la compañía tuvo que llevarse el viernes los postes que acababa de ubicar en el centro por carecer de permiso municipal.