Un percebeiro de la Cofradía de Baiona aceptó ayer una condena de dos años de prisión y una indemnización de mil euros por un delito de lesiones con instrumento peligroso contra el jefe de los guardapescas, Xosé Lourenzo, al que clavó una raspeta en la cabeza y le ocasionó un corte de 7 centímetros por el que le colocaron 7 grapas. El acusado no llegó a sentarse en el banquillo. Aunque el juicio estaba previsto en el Juzgado de lo Penal Número 1 de Vigo, su abogado llegó a un acuerdo con la Fiscalía, que inicialmente solicitaba 3 años de cárcel y 3.460 euros.

Los hechos se produjeron la madrugada del 14 de agosto del año pasado, cuando el vigilante intentó intervenir un saco de percebes al acusado, que le agredió con la herramienta.

Lourenzo, ya sufrió una agresión similar en octubre de 2014 por parte de un furtivo, condenado hace un año a una pena semejante. Califica la condena de ayer de "inxusta e moi baixa" porque considera que lo "intentaron matar". Presentó además otra denuncia por amenazas del entorno del acusado en los propios pasillos del juzgado.