Baiona contará en los próximos meses con sus dos primeras viviendas públicas destinadas a ofrecer un techo a familias con escasos recursos. Se ubicarán en Sabarís, en el viejo edificio destinado a residencia del profesorado del colegio y serán ocupadas en régimen de alquiler de bajo coste. Así lo explicó el alcalde, Ángel Rodal, tras poner en marcha los trámites para obtener la titularidad municipal del bajo y la primera planta. Los restantes pisos del inmueble, construido en 1968, se encuentran todavía habitados.

La Corporación aprobó por unanimidad en el último pleno la solicitud de desafectación de las dos antiguas viviendas a la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria. En cuanto el departamento de la Xunta acepte, el Ayuntamiento pedirá una subvención del Instituto Galego da Vivenda e do Solo para rehabilitarlas. La línea de ayudas que este organismo oferta para este fin concede 40.000 euros por vivienda a reformar, 48.000 si forman parte de un casco histórico protegido, como es el caso.

Necesitarán una amplia intervención, dado que se encuentran deterioradas tras décadas sin uso residencial. Especialmente, la situada en el primer piso, que está vacía. La planta baja tiene inquilinos pero no es un hogar. Es el local en el que las asociaciones de vecinos Castro e Ladeira y Encaixamos Val Miñor, de apoyo a las personas con discapacidad, ejercen su actividad. El Concello tratará de buscar una alternativa de espacio para ambos colectivos en cuanto comiencen las obras, según asegura el regidor.

Los pisos, de 80 metros cuadrados, se integran en un edificio que consta de cuatro viviendas y un almacén. "Es el idóneo para este uso social", recalca Rodal. El gobierno municipal barajó otras antiguas viviendas de maestros para el proyecto, pero "la de Sabarís tiene la ventaja de estar fuera del centro educativo y en pleno centro urbano de Sabarís". Se encuentra a unos cien metros del colegio, junto a la plaza de abastos, de manera que los inquilinos no se verán obligados a entrar en el recinto escolar para acceder a sus casas.

El alcalde confía en poner en marcha la reforma este año para hacer realidad "esta fuerte apuesta del equipo de gobierno por la política social". "La idea es crear una bolsa de viviendas para familias que no pueden hacer frente a los precios actuales de los alquileres. Con esto ayudaremos a que sus cargas sean menores", subraya.

Una vez estén listos los hogares, la selección de los futuros inquilinos corresponderá al departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento, en función de criterios objetivos de capacidad económica, añade Rodal.