La maestra redondelana Paulina Sánchez Otero (1898-1971), una docente ejemplar cuya obra en beneficio del pueblo y de la cultura local fue reconocida con la Medalla de Alfonso X El Sabio, recibirá el homenaje de su pueblo durante los próximos meses tras ser nombrada "Persoeiro do ano 2017". Así, seguirá los pasos de otros vecinos insignes que en los últimos años fueron protagonistas de actos conmemorativos para dar a conocer su trayectoria entre los vecinos: Casto Sampedro (2012), Alejandro Otero (2013), Rita Otero (2014) y Telmo Bernárdez (2015).

La elección de Paulina Sánchez fue acordada ayer en el pleno de la corporación con los votos a favor del PP y de la concejala no adscrita Raquel Quintáns, mientras que PSOE, AER y BNG se abstuvieron. Los portavoces de estos tres grupos de la oposición, sin embargo, no cuestionaron la figura de la maestra elegida para el homenaje, de la que aseguraron que cuenta con méritos más que suficientes para esta distinción, sino que explicaron que su abstención se debía a su desacuerdo con el procedimiento del gobierno local para la designación del "Persoeiro do ano". Estas críticas se repiten cada año sin que los responsables municipales cambien las bases.

El edil socialista Eduardo Reguera lamentó además la escasa participación de los colectivos sociales en la elección de la figura a destacar cada año, y puso como ejemplo que en esta edición, de las 150 asociaciones culturales del municipio, tan solo ocho aportaron propuestas. "Esto demuestra que no existe un trabajo previo por parte del gobierno local para motivar a los colectivos y favorecer su implicación, porque con tan poca participación el resultado no es representativo de todos los ciudadanos", apuntó.

Dedicación a los niños

Paulina Sánchez perteneció a una familia muy popular en la villa de los viaductos y desde muy joven destacó por sus inquietudes culturales, impulsando numerosas actividades dirigidas a los niños como teatros, ballets, recitales poéticos o zarzuelas, entre otros. Una vez que obtuvo el título de maestra en Pontevedra, ejerció su labor profesional la mayor parte de su vida en Redondela, donde impulsó una intensa actividad cultural, siempre alejada de la política, y dedicada de lleno a la promoción de los jóvenes en el campo de las artes.

Durante sus primeros años de docente tuvo escuela en la céntrica calle Isidoro Queimaliños junto a Carmiña Lago. Luego ejercería en Cedeira, Cesantes, Fofe (Covelo), Budiño (Porriño), Moreira (Soutomaior) y Reboreda entre otras, pasando la mayor parte de su carrera en la parroquia redondelana de Ventosela (1952-1966).