Faltan apenas dos semanas para la Festa da Arribada y la dotación de diez mil plazas de aparcamiento extra en Porto do Molle penden de un hilo. El motivo, la negativa de taxistas de Baiona a que sus compañeros de Nigrán trabajen en la villa durante los tres días que durará la fiesta, del 3 al 5 de marzo. Los nigraneses han mostrado su indignación a su Concello y le han solicitado apoyo. El alcalde, Juan González, salió ayer en su defensa y amenazó a Baiona con impedir el parking en el parque empresarial si no desbloquea la situación. Por su parte, su homólogo baionés, Ángel Rodal, confía en llegar a un acuerdo en una reunión prevista este lunes, en la que participarán representantes del sector de ambos municipios y los dos regidores.

Tanto González como Rodal quieren repetir la experiencia de la pasada edición de la Arribada. El aparcamiento de Porto do Molle resultó efectivo en 2016 para descongestionar el tráfico y logró alejar de la villa a unos 3.000 vehículos por día de celebración, según explicó esta semana el inspector jefe de la Policía Local baionesa, Pedro Alonso, tras la junta local de seguridad celebrada para organizar el operativo especial de la fiesta. La medida fue posible gracias a un acuerdo entre ambos ayuntamientos, que paralelamente también pactaron el año pasado la libre circulación de sus taxis con un doble objetivo: responder con mayor eficacia a la demanda de miles de personas y a la vez ofrecer una oportunidad extra de negocio a sus titulares. Autorizado por la Dirección Xeral de Mobilidade de la Xunta, el convenio volvía a hacerse efectivo en julio durante el festival PortAmérica, en el que taxistas baioneses accedían a Nigrán para recoger clientes bajo el mismo sistema.

PortAmérica

Pero el citado festival será trasladado este año a Caldas de Reis y algunos autopatronos baioneses consideran que renovar el acuerdo los dejará en inferioridad de condiciones respecto a los de Nigrán. Así lo explicó ayer el alcalde, Ángel Rodal, según la versión que asegura le ofreció el presidente de la asociación de taxistas de su localidad, Cristhian Goce, al que este periódico trató de localizar ayer sin éxito. Otros miembros del colectivo, en cambio, sí aceptan que los nigraneses trabajen en Baiona durante la Arribada porque, afirman, "no se da abasto, hay trabajo para todos, para los 17 de Baiona y muchos más".

Mientras tanto, los taxistas de Nigrán siguen con cautela los movimientos de los representantes políticos. "Lo que queremos es que se resuelva el problema sin entrar en polémicas", señaló ayer su portavoz, Carlos Sanromán, que representa a un colectivo integrado por una veintena de autónomos.

Y el regidor, Juan González, se mostró rotundo. "Non imos autorizar un macroaparcamento ao que virán autobuses gratuitos en servizo discrecional prexudicando aos nosos taxistas. O sector do taxi vive dificultades e festas coma esta permítenlle obter uns beneficios para subsistir. Teñen o noso apoio total", advirtió.

Los viales del parque empresarial Porto do Molle son de titularidad municipal y el Ayuntamiento dispone de competencias, según indica el regidor, para impedir el paso a los buses. González espera que no sea necesario llegar a esa situación. "Nos estamos dispostísimos a colaborar con Baiona neste tema en outros moitos, pero todo pasa porque Baiona deixe traballar aos taxis de Nigrán. Ou se resolve este problema, ou non imos ceder", avisó.

Rodal restó importancia al asunto, convencido de que se solucionará. "Somos dos municipios limítrofes y nos llevamos bien. No tiene nada que ver el parking con los taxis. Son acuerdos distintos", dijo. Mostró incluso su sorpresa por la postura de algunos taxistas baioneses. "Fueron ellos mismos los que pidieron el año pasado que viniesen los de Nigrán para dar un mejor servicio y esperamos que así sea de nuevo", recalcó.