La primera y única asociación protectora de animales de la comarca, Bai.Senpulgas, ha dejado de recoger animales abandonados en la vía pública en protesta por la falta de apoyo económico por parte de los tres ayuntamientos miñoranos. Tras hacerse cargo de 197 perros y gatos perdidos en la calle en los últimos dos años, sus cuentas no dan para más. Así lo asegura su presidenta, Tatiana Álvarez Vara, quien lamenta "profundamente" llegar a este extremo. El colectivo sobrevive con las cuotas anuales de 36 euros de sus 300 socios, 10.800 euros al año, y las aportaciones solidarias que recibe, pero los gastos veterinarios y de alimentación y el alquiler del refugio en Vilaza han superado su presupuesto. La deuda alcanza ya los 2.100 euros.

A partir de ahora, las llamadas de vecinos que se encuentren mascotas sin dueño serán remitidas a los ayuntamientos o a las policías locales para que requieran el servicio de lacería que la Mancomunidade do Val Miñor tiene contratado a través de la Diputación con la empresa Caan de Meis, explica Tatiana Álvarez. Una prestación que cuesta más de 20.000 euros al organismo supramunicipal, al que le ha salido gratis hasta ahora el trabajo de Bai.Senpulgas. Sus voluntarios han recogido un total de 197 perros y gatos en las calles de Baiona, Gondomar y Nigrán en sus dos años de actividad, pero además se encargan de la manutención de un total de 56 animales repartidos en casas de acogida y han tramitado cerca de 200 adopciones.

"Sabemos que los más perjudicados por la decisión serán los animales abandonados, pero no podemos hacer otra cosa. Esperamos que los ayuntamientos tomen conciencia cuando noten el incremento del gasto en la recogida de perros y gatos y colaboren", señala Álvarez.