"Acondicionamiento integral del río Muíños" es el título del proyecto que busca el reequilibrio natural del principal cauce de Nigrán y que podría resolver a largo plazo el deterioro de las dunas de Praia América y Panxón. Se trata de un estudio medioambiental pormenorizado de toda la cuenca que alerta de su "preocupante" evolución morfológica y que plantea soluciones sostenibles para evitar daños como los detectados en el ecosistema dunar. La iniciativa, presentada ya por el anterior gobierno del PP en 2014 como una gran intervención para convertir el espacio en zona verde de esparcimiento a lo largo de 9 kilómetros, desde Chandebrito hasta la costa, con una inversión de 800.000 euros -procedentes del aprovechamiento urbanístico de Porto do Molle-, se reduce ahora a 6 kilómetros, desde Porto do Molle hasta la playa, y a 500.000 euros. El equipo socialista espera aprobarla en un próximo pleno para sacar a concurso las obras cuanto antes.

Un equipo multidisciplinar capitaneado por el arquitecto Ángel Santorio y el ingeniero forestal y experto en sistemas hidráulicos Javier Santiago firma el proyecto. Ambos plantean la necesidad de "recuperar el equilibrio natural de un entorno magnífico que es el eje vertebrador del municipio". Consideran que el cauce sufre presiones urbanísticas como los asentamientos poblacionales y el polígono industrial que lo empujan a buscar su camino y "repartir su energía a su antojo", como en el caso de las dunas.

La brecha abierta en el ecosistema dunar a principios de año, como consecuencia de la crecida del Muíños, es un signo de alarma, explican los expertos, cuyo trabajo ha rastreado el origen del problema incluso antes de que se hiciese tan visible y de que el Servicio Provincial de Costas propusiese un dique para desviar la desembocadura y su impacto sobre la arena.

El proyecto comenzó a diseñarse en 2013 por encargo del anterior gobierno del PP. El actual equipo socialista ha decidido centrarlo en la regeneración ambiental y los expertos proponen así dejar la senda tal y como está y actuar "para que el río vuelva a estar en forma".

Las intervenciones que proponen para ello se centran en tres aspectos. Por un lado, el plan pretende restituir las zonas más erosionadas de la ribera con plantaciones de vegetación y bandas de protección de madera que frenen la velocidad del agua y consoliden el terreno. Asimismo, tratará de controlar la carga de aguas pluviales procedente del parque empresarial para evitar que desborden el río en tromba con dos charcas artificiales de drenaje que se sumarán a las otras dos naturales ya existentes. Además, el documento incluye paneles de información ambiental y un tramo peatonal separado de la calzada paralelo al Camiño da Rosiña para garantizar la seguridad de los viandantes en la conexión con Ureca.