Las primeras jornadas sobre la Educación que organiza el Concello de Tomiño se iniciaron ayer en el Auditorio de Goián con la intervención de Joan Manuel del Pozo Álvarez, profesor de Filosofía Antigua y Éticas Aplicadas de la Universidad de Girona, síndic de la misma y director del Observatori d'Ètica Aplicada a l'Acció Social, Psicoeducativa i Sociosanitària. Centró su exposición en el éxito y el fracaso educativo en el contexto de un pueblo educador, "que es un problema del conjunto de la sociedad, sufridora de los efectos de un conjunto de jóvenes desafectados". Considera que "es determinante recuperar el cultivo de valores en el ámbito familiar".

Con un bagaje político a sus espaldas como diputado en el Congreso y en el Parlament, además de teniente de alcalde del Ayuntamiento de Girona y conseller de Educación y Universidades en el último gobierno de Pasqual Maragall, contó ayer que "desarrollé un programa de mejora de calidad para Institutos de Secundaria, que es donde hay más problemas". Como concejal, también puso en marcha un programa de educación familiar para que "fuesen conscientes de la necesidad del compromiso educativo". Y es que detecta el profesor que la sociedad "tiende a ejercer una transferencia de responsabilidad" porque muchos piensan que siempre habrá alguien especializado que se ocupará de la educación de sus hijos. Pero "eso puede hacerse para arreglar una lavadora, pero no en el ámbito educativo, que es una responsabilidad compartida".

Pone como ejemplo de lo correcto un dicho indígena: "Para curar a un niño hace falta un curandero, para educarlo, es necesaria toda la tribu, que en nuestros países se llama pueblo o ciudad".

Mensajes contradictorios

Los estudiantes reciben en las aulas mensajes correctos, pero en cuanto salen a la calle les llegan otros contradictorios, como ocurre con el Día de la Paz y las imágenes o actitudes violentas, censura.

Joan Manuel del Pozo esboza ideas contundentes y afirma que "si queréis evitar el fracaso escolar, evitemos el educativo". Para ello es básica la formación de padres y madres en su responsabilidad educativa, reitera. Hace décadas, la familia fue un depósito de autoritarismo, pero "ahora es determinante recuperar el cultivo de valores en el ámbito familiar. A ver si cala", deseó. En este sentido, cita el caso lamentable de progenitores convencidos de que todo el proceso educativo lo tiene que hacer la escuela, con presupuestos altos, un error mayúsculo contra el que trabajó también cuando tuvo responsabilidades políticas. Una idea importante que traslada es que "el verdadero éxito y fracaso es el que se tiene por el esfuerzo de uno mismo".

Cada pueblo y nación tiene que tener muy claro su propio sistema para recorrer un camino de superación continua, asevera.