Jairo es un niño de 14 años con discapacidad a consecuencia de una hemorragia cerebral que sufrió a los 4 meses. Aunque fue intervenido le han quedado numerosas secuelas. Cuando llegaron a Ponteareas procedentes de Tenerife, Jairo había comenzado a caminar y a mantener su equilibrio pero desde el pasado abril sus habilidades están yendo en retroceso.

Sus padres quieren someterlo a un tratamiento con células madre. Existen al menos tres indicados para su caso, sin embargo, incluso el más económico asciende a 36.000 euros al año, sin contar los desplazamientos que Jairo y su madre tendrían que hacer a diario. Se trata de mucho dinero para una familia en la que solo el padre tiene un empleo, ya que su madre se dedica a atender al pequeño y a recoger y seleccionar los tapones de plástico que los vecinos de la comarca depositan en los establecimientos que se han sumado a la causa. "Para cualquier persona son solo tapones de plástico, pero para Jairo es dinero para mejorar su salud", relata su madre Emi Luis.

Aunque Jairo no está escolarizado en Ponteareas, su madre forma parte de la Comisión Neae (Necesidades Específicas de Apoio Educativo) de la Federación de Anpas, que se ofreció a ayudarla en la recogida y selección de tapones. "Cada vez se une más gente a querer colaborar con nosotros", explica su madre, agradecida. Además, también se han celebrado ya distintos eventos solidarios en la comarca para colaborar con la causa de Jairo: partidos de fútbol, desfiles, festivales musicales, exposición de coches tunning, entre otros.

Por las mañanas Jairo va al Colegio de Educación Especial Saladino Cortizo, en Vigo; por las tardes algunos días tiene terapia ocupacional, logopedia o fisioterapia. Además, en el colegio asiste a hípica una vez al mes y todos los viernes va a la piscina.

Jairo toma 11 pastillas diarias que le permiten controlar sus crisis epilépticas, actualmente sufre dos o tres cada dos o tres días, frente a las veinte diarias que padecía cuando llegó a Ponteareas procedente de Tenerife. Sin embargo, la medicación le acarrea otros problemas como tiroides o carencia de hierro.

Además, sus padres están preocupados porque desde abril ha comenzado a involucionar. "De estar caminando, haber adquirido equilibrio y estabilidad ahora está en retroceso y la Seguridad Social solo le facilita un taca-taca que no le ayuda porque con él no trabaja la musculatura", señala su madre, quien además explica que "el taca-taca es para una casa y nosotros vivimos en un piso, así que o sacamos todo lo de casa para que el niño se pueda mover o si no no tiene espacio", explica Emi, que se queja de la falta de seguimiento de la evolución de su hijo ya que después de recetarle el taca-taca, le han dado cita con el rehabilitador para dentro de 7 meses.