Las obras de ampliación de la autopista han dado en hueso con los vecinos de Chapela. El colectivo de afectados por esta actuación han impedido que las máquinas derriben el muro exterior del colegio de Igrexa, uno de los edificios que expropiará la obra y cuyo traslado está pendiente de la cesión al Concello de la llamada "finca da Ginaria", que ocupa una superficie de 34.000 metros cuadrados en el barrio de Cidadelle, en el que está previsto ubicar tanto el futuro centro escolar como la guardería que demanda la parroquia.

La Asociación de Afectados por la AP-9 mantuvo el pasado martes una reunión con el concejal de Urbanismo de Redondela, Arturo González, quien les trasladó la planificación de los trabajos que pretende realizar la concesionaria de las obras sobre los cierres del colegio y el edificio de las casas de los profesores. Según explica el presidente del colectivo, Baltasar Cela, la intención que tienen es derribar los muros que se encuentran en la fachada trasera del centro escolar, pegados a la autopista, antes del inicio del curso, una actuación a la que los vecinos se oponen totalmente. "Mientras no tengamos sobre la mesa el documento de compra del terreno por parte de Audasa y un compromiso firme con plazos para la construcción del colegio no dejaremos que se derribe nada", advierte. Asimismo recuerdan que en el acuerdo mantenido con los responsables de Fomento y Audasa previo al inicio de los trabajos se acordó que las obras se realizarían en los periodos de vacaciones escolares, pero consideran insuficiente el tiempo cuando solo falta de un mes para el arranque del nuevo curso. "Han tenido mucho tiempo para resolver este tema y ahora pretenden comenzar a trabajar sin desvelar los plazos. Además no permitiremos que se trabaje con las clases en marcha y los alumnos en el centro", señala Baltasar Cela.