El servicio de ferry que comunica a través del río Miño las localidades fronterizas de A Guarda (desde el muelle gallego de A Pasaxe, en Camposancos) y el de Caminha (Portugal) está de nuevo al borde de su desaparición después del fracaso de los trabajos de retirada de arena acumulada en el muelle de Caminha que impiden su navegación.

Desde el gabinete de prensa de la Cámara Municipal camiñense se informó del cese de estos trabajos que se venían realizando con una pequeña embarcación, un medio insuficiente para acondicionar la zona donde se acumulan miles de metros cúbicos de áridos.

El problema viene de antiguo. Nace con la creación de este servicio y la constatación de la necesidad de un mantenimiento fijo de su canal de navegación, que discurre en la zona de desembocadura.

Desde el pasado mes de julio en que se suspendieron los viajes del transbordador Santa Rita de Cassia para iniciar la retirada de áridos, esta embarcación permanece en un astillero de A Pasaxe, en Camposancos (A Guarda), donde se podía ver en el día de ayer.

El "atasco" del canal se ha ido sobrellevando a lo largo de tiempo, después de llamar a todas las puertas de las Administraciones de España y Portugal.

El desinterés de los gobiernos centrales de los dos países por este servicio es evidente y contrasta por la defensa que han venido ejerciendo ambas localidades fronterizas, respaldadas por los municipios vecinos y colectivos.

Comunicación directa

Su principal función de comunicación directa entre las dos villas era utilizada tanto por turistas (en todas las épocas del año) como por empresarios e industriales para el traslado de mercancías. El transbordador traslada en sus viajes tanto a pasajeros como a vehículos, incluidas furgonetas y autobuses. El ahorro de tiempo y la belleza del viaje son dos factores que destacan sus usuarios cuando se les ha preguntado. Los habitantes de A Guarda, la última vez que fueron preguntados sobre este servicio, que además es parte integrante del camino jacobeo portugués por la costa, expresaron contundentemente su interés por seguir contando con el transbordador. La alternativa más cercana es utilizar el puente internacional sobre el Miño, entre Goián y Vila Nova de Cerveira, es útil, pero no es lo mismo.

El alcalde de A Guarda, José Manuel Domínguez Freitas todavía no arroja la toalla y tiene sus expectativas puestas en entrevistas solicitadas a miembros de los Gobiernos centrales de España y de Portugal, para realizar juntamente con el presidente de la Cámara de Caminha, Miguel Alves.