Se cumplen 43 años desde que Porriño instaló en unos sus jardines un símbolo de Madrid, que el gobierno de la capital de España quiso recuperar en varias ocasiones desde principios de los noventa y que aún no desechado del todo.

Aunque en su ubicación actual, al monumento se le ve fuera de sitio, en Madrid realizó una función fundamental en la Gran Vía como entrada a un ascensor del metro desde 1919 y hasta 1969.

El arquitecto porriñés Antonio Palacios lo diseño con granito cuando fue nombrado arquitecto del metro de Madrid. El 6 de diciembre de 1969 este templete de la "Red de San Luis" dejó de funcionar, ya que al abrirse pasos subterráneos con accesos a la nueva línea 5, se suprimió el servicio de ascensor.

Permaneció en la Gran Vía hasta 1970, año en el que el alcalde Carlos Arias Navarro ordenó su desmontaje y posteriormente la compañía del Metro de Madrid lo cedió a Porriño tras las gestiones realizadas por el regidor ya fallecido Gonzalo Ordóñez Pérez, que logró que un empresario financiase el traslado a Porriño ante la complicada situación de la tesorería municipal.

Madrid pretendió durante varios años recuperar el templete, sin dejar claras cuales eran las alternativas que ofrecían a la capital de A Louriña. Finalmente optaron por construir una réplica, pero esta tampoco se realizó esperando mejores momentos económicos.

La idea de llevarse a Madrid el que hoy es monumento porriñés partía de la idea de dedicarla a oficina de información turística.