El obispo de la diócesis de Tui-Vigo, monseñor Luis Quinteiro Fiuza, presidió ayer, en la catedral de Tui, la solemne Misa Crismal donde se manifiesta la comunión del obispo con su presbiterio y el clero de la diócesis renueva sus compromisos sacerdotales. En la misa concelebrada se bendicen los óleos y se consagra el crisma que después se distribuye a las parroquias de la diócesis para administrar los sacramentos.

Monseñor Quinteiro, dedicó gran parte de su homilía a referirse a la "hermosa historia que la Iglesia acaba de vivir en estos últimos tiempos", que invitó a recordar y compartir, en referencia al servicio del Papa emérito Benedicto XVI que "tuvo la fortaleza de reconocer que ya no tenía fuerzas físicas para servir a la Iglesia como ésta necesitaba ser servida. Y se fue a rezar".

La iglesia se preparó -dijo- para la elección de un nuevo pontífice "y de nuevo el Señor nos sorprende" con el nuevo Papa Francisco de 76 años, que se pone al frente de la Iglesia, con unos primeros pasos donde "nos pide que abramos los brazos para acoger con afecto y ternura a todos los hombres, especialmente a los más pobres, débiles y a los más pequeños", precisó el prelado ante el clero diocesano, representantes de institutos y órdenes religiosas, y fieles. Destacó el obispo que el papa Francisco "nos pone con renovada esperanza a toda la Iglesia y a cada uno de nosotros en el camino de la esperanzas mesiánicas proclamadas por Jesús en la sinagoga de Nazareth y llevadas a su plenitud en su Obra Redentora.