Las obras de rehabilitación del viaducto antiguo de Redondela ya están en marcha. Después de varios meses de retraso, los operarios de la empresa FCC iniciaron esta semana los trabajos con el montaje de un andamio en uno de los extremos del puente para que los técnicos puedan revisar con detalle el estado de la estructura.

La actuación, promovida por la Dirección General de Patrimonio del Estado con un presupuesto de 3,8 millones de euros, tiene como objetivo la recuperación, mantenimiento y refuerzo de la estructura para devolverla a su estado original. Con la restauración del puente ferroviario, conocido como "viaducto de Madrid", la localidad de Redondela recuperará uno de sus símbolos más característicos, que desde hace tres años permanece oculto bajo una red.

Uno de los técnicos que trabaja en la obra explicó ayer a FARO que la primera fase de los trabajos consistirá en una inspección minuciosa de la estructura de hierro para realizar un diagnóstico de las piezas que se encuentran en peor estado y las que se deben sustituir, unas labores que se prolongarán como mínimo durante un mes.

La rehabilitación del puente ferroviario es una antigua demanda de los redondelanos, que llevan más de una década reclamando su recuperación al tratarse de uno de los referentes turísticos del municipio. No obstante, la localidad es conocida popularmente como "villa de los viaductos" por las dos estructuras ferroviarias que atraviesan el casco urbano sobre los tejados de las casas. El que centra la actuación, el más antiguo de los dos puentes, se comenzó a construir en 1872 y fue inaugurado el 30 de junio de 1876. Por su estructura circularon trenes durante un siglo, hasta que hace 35 años quedó sin uso. Está declarado como Bien de Interés Cultural desde 1978 por Patrimonio del Estado e incluido en el inventario del Patrimonio Cultural de Galicia.

El paso del tiempo y la falta de mantenimiento generó importantes deficiencias en la estructura del "viaducto de Madrid", que en algunos puntos presentan un alto grado de corrosión. Precisamente este problema provocó en 2009 el desprendimiento de una pieza de hierro de 30 centímetros y casi un kilo de peso sobre la calle. Aunque no causó daños, este incidente obligó a cubrirlo con una malla para evitar riesgos. Ahora, tras las obras de rehabilitación, el viejo puente volverá a lucir como en sus mejores tiempos.