El farmacéutico Ulpiano Benito Piña, que ejerció en Tui en el año 1936, se convirtió en un altruista benefactor de indígenas cubanos en el paradisíaco valle de Caujerí, situado entre Guantánamo y Baracoa, en Cuba, lugar en el que vivió a salvo después de huir de España donde le persiguieron por sus ideas políticas republicanas.

Su hijo Luís Hatuhey Piña Castiñeira, de 72 años de edad, da a conocer la vida aventurera de su progenitor, un enigmático personaje, al que describe como "hombre de pocas palabras" y del que supo aspectos de su juventud a través de su madre y segunda esposa de Ulpiano, Carmen Castiñeira Fernández, de Tui.

El matrimonio fue una bendición para los 5.000 habitantes del valle de Caujerí, lugar al que sólo se podía llegar a caballo, pues carecía de carreteras. Ulpiano Piña construyó allí su farmacia y su casa, que tenían suministro eléctrico por generador. Destinó un lugar de su finca a una casa escuela en la que se asentó un maestro, traído por él para educar a la población, íntegramente analfabeta. Piña fue padrino de numerosos matrimonios, después de lograr legalizar uniones entre parejas. Utilizó sus conocimientos en medicina y aplicó tratamientos para erradicar el paludismo, la sífilis y la lepra. El farmacéutico gallego fue quien orientó a los primeros médicos que llegaron al valle, después de la Revolución cubana, para crear el primer hospital. Fue quien les puso al corriente de la situación sanitaria de la población a la que había atendido. Su hijo Luís Hatuhey, que nació en Baracoa en 1939, cuenta que "mi padre escribía a los paisanos la prescripción para los tratamientos con su Underwood, con el fin de obligarles a leer". La madre educaba a las jóvenes que entraban a servir en la casa. Les enseñaba costura, cocina....

Ulpiano Piña tenía otras tareas, pues antes de la Revolución, envió medicamentos y material quirúrgico al segundo frente oriental que estaba comandado por Raúl Castro y Che Guevara. Las tropas de Batista destruyeron el poblado, la farmacia y la casa, que luego se levantaron todavía más sólidas, de mampostería. Con la Revolución, llegaron las carreteras y la evolución.

Los orígenes de Ulpiano Benito Piña están en Valeixe (A Cañiza), donde nació en 1885. Emigró a los 25 años a Cuba y terminó el Bachillerato en Jovellanos (Matanzas). Después estudió Farmacia en La Habana, donde tuvo su propio establecimiento, pero su familia gallega le animó a regresar. Revalidó sus estudios en Madrid y se estableció en Tui, con su segunda mujer, Carmen Castiñeira. Viajaron sus dos hijos: Isidro Manuel (de un primer matrimonio) y Lidia de los Ángeles, de la segunda mujer. Tuvo farmacia, droguería y óptica que le requisaron en 1936 las tropas franquistas, por sus ideas republicanas. Él salvó la vida al huir de Francia, a Nueva York y Cuba.