Desilusionados, pero también empeñados en que no se pierda la memoria de sus antepasados. Los familiares de los represaliados de la “Volta dos nove” mostraron ayer su desencanto al conocer el resultado negativo de la excavación de la fosa común del cementerio de Baiona, pero también acordaron unir sus fuerzas para que una placa recuerde a aquellos hombres que perdieron la vida el 15 de octubre de 1936 por sus ideas.

Los parientes de los cuatro vecinos de Nigrán y cinco de Baiona ejecutados a manos de falangistas en la curva da Bombardeira, en Baredo, acudieron ayer a la cita convocada por el Instituto de Estudos Miñoranos para explicarles las conclusiones de los trabajos.

El director de la excavación, el arqueólogo Xosé Lois Vilar -acompañado del director del IEM, Carlos Méixome, y del también arqueólogo Eduardo Méndez- les indicó que la saturación del camposanto baionés durante los últimos setenta años había ocasionado tal concentración de enterramientos en el recinto que los restos habían desaparecido de su localización inicial, donde los dejó enterrador de la época. En 1941 abrió la fosa para entregar algunos restos a parientes que los habían solicitado. A lo largo de los años, la falta de espacio en el suelo obligaba a retirar huesos cada vez que había que cavar un agujero para enterrar un nuevo difunto. De este modo, los expertos hallaron huesos de cerca de medio centenar de personas que no se corresponden con lo que buscaban.

Los familiares entregarán ahora un escrito en el Concello de Baiona para solicitar la colocación de una placa en memoria de “Os nove” en el lugar donde fueron enterrados.