Taladros, amoladoras, pistolas de pintura, clavadoras, motosierras, generadores..., casi cualquier herramienta imaginable formaba parte de los botines que obtenía un vecino de la parroquia redondelana de Chapela en los 55 robos que reconoció haber cometido en toda la provincia entre los años 2001 a 2003.

Ante semejante historial delictivo, no es de extrañar que esta persona, Benito G.V.I., de 49 años de edad, mostrase su conformidad con la pena de dos años de cárcel que le impone la Audiencia Provincial de Pontevedra en una sentencia que se dio a conocer ayer. Lo consideran autor de un delito continuado de robo con fuerza en las cosas, por el que le imponen año y medio, a los que hay que sumar seis meses por falsedad documental, ya que utilizaba una matrícula falsa en su vehículo cuando perpetraba los robos. Además, deberá indemnizar a los perjudicados por aquellas herramientas o enseres que no fueron recuperados, aunque la mayoría de su botín lo encontró la guardia civil en un almacén de su propiedad.

Según el fallo, a Benito G.V.I. lo "cazaron" cuando la Guardia Civil de Vigo inició una investigación a raíz de una serie de robos con fuerza y hurtos que se estaban realizando en el interior de casetas de obras, viviendas en construcción y otros establecimientos. El denominador común en todos los delitos era el robo de herramientas propias de la construcción, la franja horaria de las sustracciones, así como las características físicas del autor de los hechos y la matrícula y modelo del vehículo utilizado para los robos.

De esta forma, se desplegó un dispositivo de vigilancia de sobre el acusado, quien el día 16 de abril de 2006 se desplazó a Pontevedra. Allí, los agentes pudieron comprobar como cambiaba las placas de su coche y perpetraba un robo en el polígono de Campolongo. Lo siguieron hasta su casa en donde pudieron localizar el resto de efectos intervenidos en múltiples robos en toda la provincia.

Además de este robo en Pontevedra, la Guardia Civil pudo recuperar maquinaria y otros artículos robados procedente de hasta 54 empresas de toda la geografía de la provincia y que fue devuelto a sus propietarios. En la capital actuó en otras once ocasiones (varias de ellas en el polígono de O Campiño), así como otras cinco en Porriño, cuatro en Mos, tres en Ponte Caldelas, A Cañiza, Forcarei y Ponteareas, dos en Vilaboa, Moaña, Tui, Poio, Salceda de Caselas y Vigo y también actuó en Sanxenxo, Tomiño, Nigrán, Gondomar, Cambados, Redondela, A Estrada, Cerdedo y Meaño.