Verónica Palleiro / AS NEVES

La romería de Santa Marta volvió a recorrer As Neves sin ataúdes por segundo año consecutivo. Cientos de devotos asistieron a la misa de mediodía y caminaron en procesión, pero sus peticiones fueron menos vistosas de lo que han sido tradicionalmente.

Ninguno de los devotos se colocó dentro de una caja fúnebre, aunque no por una cuestión de cobardía, ni de falta de plegarias, sino por su imprevisión. Según comentaban varios de los fieles, al no avisar con antelación al párroco resultó imposible preparar la procesión con ataúdes.

Los más atrevidos en desafiar a la muerte para cumplir sus promesas de agradecimiento a la santa se vistieron con mortajas y caminaron con una vela en la mano. Otros no dudaron en caminar arrodillados para pedir la intervención de la Santa Marta y, paso a paso, ayudados por una jornada menos calurosa que en ediciones pasadas, superaron el reto.

La gasa que se utiliza para envolver a los cadáveres es una tela que puede provocar recelo, sin embargo, son bastantes los fieles que se atavían con una mortaja entendiéndolo como un requisito por encima de su asociación con la simbología funeraria.

En Santa Marta de Ribarteme se escucharon ayer cánticos de alabanza y agradecimiento por su intercesión divina. Aunque a esta romería se acude, propiamente, para pedir o agradecer la continuidad de la vida, lo cierto es que son muchos los que también recurren a esta santa para que interceda en todo tipo de cuestiones: desde un problema económico, hasta una riña entre familiares.

La iglesia de Santa Marta volvió a convertirse en punto de encuentro para cientos de fieles. Sin embargo, aquellos que quieran cumplir la promesa de realizar la procesión dentro de un ataúd deben recordar para el año próximo que es necesario anticiparse al 29 de julio y reservar caja fúnebre a tiempo para poder ver realizado su propósito.