La partida ha comenzado. El alcalde de Porriño, Raúl Francés -BNG- comenzará la próxima semana a hablar con los portavoces de los demás partidos -PP, PSOE, CxP e IdeP- para consensuar los presupuestos, que los distintos grupos pueden estudiar desde el jueves. No es un estudio que pueda alargarse meses. El reloj de malla metálica de Francés cuenta los minutos y la alarma esta programada para el 17 de julio, día del pleno.

La cifra a consensuar asciende a 24 millones de euros de los cuales siete millones se destinan a inversiones de fondos propios y es, según reconoció el propio alcalde, el proyecto presupuestario más ambicioso que ha tenido Porriño hasta ahora. De hecho, el total dobla las cuentas de 2002, las últimas aprobadas.

Los partidos no tienen que firmar un cheque en blanco para que el BNG se luzca realizando las obras que ha planificado. Pueden reformular y cambiar, el documento toma vida y se abre a la participación de los ediles.

Con este presupuesto muy inversor, donde no se incluye por primera vez el gasto de otras administraciones en la localidad, el grupo de gobierno pretende "atacar" los problemas de Porriño que se han puesto encima de la mesa a lo largo de los cinco últimos años vecinos, asociaciones y grupos políticos.

Raúl Francés dejó claro que en esta negociación sólo pretende aprobar los presupuestos y no contempla ahora otras posibilidades, como un pacto estable de gobierno

El fin del empleo en precario en el Concello, la modernización administrativa con ampliación de departamentos o nuevas áreas, un plan municipal de empleo, la mayor dotación de personal en los servicios públicos de calle con una importante oferta de empleo público, un plan de inversiones en parroquias, la recuperación del río Louro, la mejora del centro urbano y hasta el soterramiento de una línea de alta tensión que afecta a los vecinos de Torneiros figuran en este proyecto presupuestario.

Raúl Francés lo definió como ambicioso pero real, donde 1,2 millones de euros se destinan a políticas de vivienda, tanto para la construcción de viviendas de promoción pública como a la erradicación del chabolismo, de tal forma que, según dijo, "son presupuestos muy fáciles de consensuar".