La mala combustión del calentador de agua del domicilio pudo haber provocado ayer una tragedia en la planta baja del número 10 de la calle Boavista de Baiona. Cuatro miembros de una misma familia, una mujer y sus tres hijos, resultaron intoxicados de madrugada por inhalación de monóxido de carbono procedente del aparato averiado. Tras permanecer en observación en diferentes centros hospitalarios vigueses, a primera hora de la tarde fueron dados de alta y se recuperan ya en su domicilio.

La mujer, Mónica Pena, de 37 años, fue quien notó los primeros síntomas. Un fuerte dolor de cabeza, mareos y la visión borrosa alarmaron a su marido, Miguel Niel, de 50 años, que avisó al 061 en torno a las tres menos veinte de la madrugada. Fuentes de Urgencias Sanitarias de Galicia informaron de que la mujer precisó de atención sanitaria en el lugar y, tras una primera exploración, fue trasladada al Punto de Atención Continuada (PAC) de Nigrán y luego al centro hospitalario vigués de Povisa.

Nada hacía sospechar aún a Miguel que aproximadamente una hora después, a las 4.10 horas, tendría que llamar de nuevo al servicio de emergencias médicas explicando que, aunque él se encontraba bien, sus tres hijos presentaban los mismos síntomas que la madre, que ya había sido evacuada.

Minutos más tarde, el padre, que no precisó atención por parte de 061, y su hijo J.N.P., de 18 años, fueron trasladados por la Policía Local a Povisa, mientras que el otro hijo mayor de edad, M.A.N.P., de 19 años, fue derivado al mismo centro hospitalario en ambulancia. Por su parte, la hija menor, de 9 años, fue trasladada al Hospital Xeral de Vigo, donde ingresó en Urgencias Pediátricas.

Fuentes médicas indicaron que el menor tiempo de exposición al agente contaminante fue lo que salvó de la intoxicación al padre, que a medianoche salió de su domicilio para comprar tabaco. Esto le permitió atender a su familia y llamar a los servicios sanitarios, consiguiendo de este modo evitar la tragedia.

Una vez que la familia fue evacuada por efectivos de 061 y Policía Local, acudió al lugar un retén del parque de Bomberos de Balaídos, que realizó una medición de la concentración de los gases y detectó "altos niveles de monóxido de carbono" en la vivienda (200 partes por millón), que, según comprobaron, procedían de la mala combustión del calentador. Por ello, procedieron a ventilar el domicilio.

Un primer aviso de avería al que no dieron importancia

La familia vive de alquiler desde hace diez años en la planta baja de la casa, situada en el número 10 de la calle Boavista. Aunque reconoce que el calentador "estaba sin pasar la revisión", Miguel Niel explica que nunca imaginaron que podría ocurrirles nada parecido a lo que experimentaron ayer de madrugada.

"Hacía algún tiempo que notábamos que el agua no salía suficientemente caliente, pero siempre lo achacábamos a que tal vez la bombona tenía poco gas", apuntó.

Miguel recuerda, además, una ocasión anterior en la que sintieron unas molestias físicas similares a las provocadas por esta intoxicación. "Un día, estando en casa, notamos un mareo muy fuerte mi mujer, la niña y yo; entonces pensamos que se debía a algo que habíamos comido, ahora sospecho que tenía algo que ver con el calentador", explicó.

Otro caso similar en Santiago

El Servizo de Urxencias Sanitarias 061-Galicia recibió unas horas antes, a las 22.45 del martes, un aviso para atender a otra familia que también presentaba mareos, dolores de cabeza y malestar general en su domicilio, en la rúa Negreira de Santiago de Compostela.

Para atenderlos, se movilizaron una ambulancia asistencial y otra medicalizada, equipada con detectores de gases. En el domicilio, atendieron a una familia compuesta por el padre, J.D.L.M., de 30 años, su mujer y sus dos hijos menores de edad.

Tras una primera asistencia médica se detectó su intoxicación debido a una alta concentración de monóxido de carbono en el aire y fueron trasladados al Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, donde a las pocas horas les dieron el alta médica.

Miguel Niel: "No notábamos nada raro; si llego a acostarme no estaríamos aquí para contarlo"

Miguel Niel, que trabaja en un salón de juegos baionés, recuerda con detalle cómo ocurrieron los hechos. "Difícil no acordarse", apuntaba ayer, todavía con un nudo en la garganta. "Parece un contrasentido, pero el tabaco nos salvó la vida a todos", indicó.

Relata que sus hijos se encontraban ya en la cama cuando a Mónica, su mujer, le empezó a doler la cabeza. "Se acostó y yo salí a por tabaco; cuando regresé me dijo que le reventaba la cabeza y que se sentía muy mareada", aseguró Miguel, que, sin sospechar aún lo que ocurría, llamó al 061. "En ningún momento notamos el olor, por lo visto el monóxido de carbono es muy traicionero", indicó.

Una vez que su mujer, empleada de una frutería, fue evacuada a Povisa, Miguel regresó a casa donde aún dormían sus hijos. "El mayor tenía que levantarse a las cuatro de la madrugada para irse a trabajar, así que fui a avisarle. Le ayudé a incorporarse, pero se me cayó al suelo y empezó a temblar", recordó. Al comprobar que sus otros dos hijos también tenían fuertes mareos avisó de nuevo al servicio de emergencias sanitarias.

"Cada vez que pienso en lo que pudo haber ocurrido me recorre un escalofrío. Si llego a haberme acostado tal vez hoy no estaríamos aquí para contarlo", explicó, sin lograr sobreponerse del todo de la pesadilla.