El histórico militante comunista de Redondela Manuel Barros Montero, de 88 años de edad, presentará el próximo domingo en la isla de San Simón sus "Memorias de un militante antifranquista", y se le tributará un homenaje.

El libro, con imágenes de su biografía, lo edita la Fundación 10 de Marzo (CC.OO), y la Xunta lo llevará a bibliotecas y centros escolares de Galicia.

"Hice estos apuntes para que mis nietos supieran de las privaciones que pasé, además de recordar aquel régimen de terror que existió", dice el autor. "No tenía pensado que estos amigos (del Colectivo Republicano) me fueran a rendir un homenaje, pero soy el único que queda en Redondela de los que estuvimos en la cárcel de San Simón", indica Barros, que a su edad recuerda fechas y nombres con todo detalle.

Su historia

Manolo Barros se metió en las Juventudes Comunistas con apenas 15 años, "porque mi padre era comunista y en conversaciones con mi madre hablaba de Rusia, del levantamiento de Asturias en 1934, leíamos periódicos clandestinos". De ahí y una mala situación económica "surgió la inquietud y con dos amigos formé las Juventudes Comunistas en Redondela. Nos dedicábamos a hacer pintadas pidiendo amnistía para varios condenados a muerte", dice.

En septiembre de 1936, tras el levantamiento militar contra la II República, "me detuvieron y me metieron en la cárcel de Redondela... al cabo de unos días la Guardia Civil nos ató y llevó al Alto de la Encarnación". Barros empieza a emocionarse con el relato. Algunos acabaron allí el viaje. A él le llevaron al frontón de Vigo, en donde "dormíamos en suelo de tierra"

A los dos meses le hicieron un juicio, "una pantomima, se me acusó de pertenecer al PCE y requisar armas". Le condenaron a 6 años y le trasladaron al lazareto de San Simón.

En su cautiverio en la isla, Barros conoció a otros presos políticos. "Cada uno pensaba de su forma, había anarquistas, socialistas... La guerra estaba en progreso y pensábamos con entusiasmo que iba a terminar a nuestro favor, por las noticias que nos traían los familiares". Sin embargo, "lo pasabas mal porque la situación era pésima, nos teníamos que lavar con una botella de agua, comer todos los días garbanzos con arroz, dormir apelotonados". Además "mirabas en la playa a gente y tú sin poder salir de allí".

La situación fue a peor con la llegada de más prisioneros de guerra "de Bilbao, Santander, después del centro de España, gente mayor por participar en cooperativas campesinas", a los que "el cambio de clima hacía que enfermaran". Barros dice que "la isla se llenó de piojos" al haber hasta 1.400 presos.

Segunda condena

Tras pasar por cárceles de Vitoria y Valladolid, le dieron la libertad condicional. Regresó a Redondela pero "fue una gran desilusión". Su padre murió en la Guerra Civil y para mantener a sus 4 hermanos "mi madre tuvo que vender todo", incluso su máquina de coser.

Por su pasado, a Barros le costó encontrar trabajo. "Me hacían el vacío por comunista". Logró emplearse en Vigo y en Redondela reorganizó el PC. Hasta que "en 1948 cayó toda Galicia en una redada y fui a la cárcel de Santoña". Gracias a la organización que los presos se impusieron, salió "reforzado" seis años después.

La vida era otra. Había una organización, más conocimiento de lo que era el fascismo y plantamos cara a la represión. Me reforzó en mis convicciones.

"Cuando uno tiene 20 años y te esquivan"

Si yo soy algo popular es por todo lo que pasé. La situación era dolorosa. Más cuando tienes hermanos pequeños y una madre, a mi padre lo mató la aviación en San Sebastián,

Hubo gente que nos ayudó, pero yo quería salir adelante. por mi mismo.

Pudo conseguir trabajo para Regojo, cortaba leña e iba porlas aldeas a recolectar naranjas, un día un falangista me reconoció y esa misma tarde me echaron. En Santoña,

Segunda etapa. Volvió a la cárcel por organización clandestina. Una ideología a los 16 años no estaba madura, era por rebeldía. Pero cuando ves que el régimen te priva hasta de trabajar, tienes que luchar contra esta situación, en la cárcel aprendí, organicé el partido. Entonces estaba la Guerra Europea Alemania se hundía y se pensaba que las democracias occidentales obligarían a cambiart el régimen franquista. Intelectuals, demócratas, se organizaron ara esperar el desenlace. En 1945-46 EE UU apuntaló a franco y aquí se refugiaron muchos fascistas, gestapos, y empezó la represión. Entonces yo repartía... En el 1948 cayó toda Galicia en una redada. De aquí una veintena.

Nos llevaron a Santoña. La vida era otra. Había una organización, más conocimiento de lo que era el fascismo y plantamos cara a la represión. Me reforzó en mis convicciones. Había solidaridad dentro de la cárcel, me condenaron a 10 años y nuestra misión era no dejarnos morir, prepararnos para la salida. Para imponernos a la situación hacíamos comunas de 4, 5 ó 6 personas y juntábamos los recursos, comida, dinero que recibíamos, el rancho era insuficiente pero nos arreglábamos para mantener. Hicimos campañas de ayuda enviando tarjetas por Navidad, incluso a gente que no conocíamos, y nos enviaban dinero. Asegurábamos para varios meses.

En 1954 salió. Se casó y tuvo dos hijos. Trabajó de albañil y con la familiaridad, la cosa mejoró. La situación era otra. El boicot que hacían las otras naciones

ESCRITO edita Fundacion 10 de Marzo de Comisiones Obreros... Xunta distribuira en instituos, centros bibliotecas,... a través de la conselleria de Cultura. ilustrado con fotos de la época, de cuando Manolo era joven hasta la fase en que paso en la emigración en Suiza un par de años después volvio y actividad política en PCE como conejal del ayuto, hasta hoy. fotos familiares.

primeras eleciones municipales fueron 1977.

El inspector de las cárceles ded Pontevedra, tenía una red que sacaba a presos, les pedía dinero con la promesa de liberarlos y después los mataban. Llegó a ser de dominio público. Posteriormente los prendieron y condenaron a muerte. Uno de ellos lloraba como un cobarde.