¿Qué es la creatividad? ¿Qué personas son creativas? ¿Dónde nace la creatividad? ¿Por qué y con qué fin? ¿Cómo desarrollarla y potenciarla? Estas son algunas de las cuestiones a las que la neuróloga clínica Mónica Kurtis dio respuesta ayer en la conferencia-coloquio que ofreció en el Club FARO y que también están recogidas en “Potencia tu creatividad de la mano de la neurociencia” (Larousse), un libro dirigido a todas las personas que deseen mejorar su potencial creativo, en el que Kurtis transmite los avances científicos en este campo de una forma rigurosa y comprensible, y con un enfoque práctico para que el lector pueda aplicar lo aprendido en neurociencia para potenciar su propia creatividad en su día a día.

Según su autora, el objetivo es que el lector pueda aplicar una serie de herramientas para continuar desarrollando su creatividad y ser así un poco (o mucho) más creativo. ¿De qué forma? Entrenándolo.

“Todos somos creativos. Hay tantas personas creativas como humanos hay. El libro explica cómo funciona nuestro cerebro para que nosotros mismos nos conozcamos mejor y podamos exprimirlo al máximo”, afirmó la ponente, licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad de Edimburgo y en Medicina por la Universidad de Navarra, y directora de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Servicio de Neurología del Hospital Ruber Internacional de Madrid.

Según Kurtis, esta obra nace de la propia tras observar a sus pacientes, la mayor parte enfermos de párkinson, personas con gran creatividad, un aspecto sobre el que hace años que la neurociencia ha puesto el foco de atención. “Creemos que esto puede deberse a los tratamientos que estamos empleando, basados en la dopamina, un neurotransmisor que hemos descubierto que es muy importante en la creatividad”, explicó.

Según Kurtis, el proceso creativo no es algo etéreo reservado a los artistas y genios, sino un rasgo innato al ser humano. “La creatividad es un método para resolver problemas”, argumentó la especialista, que diferencia entre creatividad con ‘c’ minúscula –aquella que beneficia al individuo– y la creatividad con ‘C’ mayúscula, que es toda aquella que tiene un valor para la sociedad. “Las vacunas contra el COVID, por ejemplo, son un ejemplo de creatividad y de trabajo colaborativo”, explicó.

Pero la creatividad también nos permite expresarnos, aprender, conocer el mundo y a nosotros mismos, y también divertirnos. “Si la sociedad fuese más creativa, sería también más divertida y todo esto empieza en casa, empieza por cada uno”, aseguró Kurtis, que abogó por que la escuela potencie el pensamiento creativo de los alumnos. “Hay una corriente que piensa que la escuela mata la creatividad. Por suerte, se está intentando dar la vuelta a esto”, opinó.

El proceso creativo también tiene, sin embargo, su némesis. Son los que Kurtis denomina saboteadores del proceso creativo, que pueden ser de distinta índole. Los suyos propios, son, confesó, el miedo y la dispersión. “Cada uno tiene que ahondar en sus propios saboteadores para poder afrontar el proceso creativo”, afirmó la neuróloga en la charla que mantuvo en el Museo Marco de Vigo con la actriz y escritora Elba Pedrosa.

La neuróloga insistió en que la todos podemos potenciar nuestra creatividad. “Pero como en cualquier aprendizaje, es fundamental dedicarle tiempo”, dijo. Para facilitar este propósito, dio tres consejos. El primero, practicar deporte, ya que la ciencia avala la actividad física como aliada del proceso creativo. En segundo lugar, la meditación, ya que ayuda a la flexibilidad mental. Y el tercero, agendar los momentos de aburrimiento porque el cerebro necesita de esos momentos de no hacer nada para establecer conexiones que le ayuden en el proceso de creación de ideas.

En cuanto a dónde se genera la creatividad, explicó que aunque el lóbulo frontal es el “director de orquesta”, todo el cerebro está implicado en el proceso creativo.

Un valor al alza

Mónica Kurtis (Madrid, 1973) explica lo que hasta la fecha conocemos sobre la creatividad haciendo referencia a múltiples artículos científicos y a algunos libros claves en este campo para acercar al lector los avances que ha experimentado el campo de la neurología. La autora de “Potencia tu creatividad de la mano de la neurociencia” explica que la creatividad ya no es un valor reservado a los artistas, sino que se busca en el mundo de la empresa, de la docencia y de la comunicación. Es más, hoy se considera una de las cualidades de liderazgo más importantes para obtener éxito profesional y personal. La creatividad es, también, un tema de especial interés para la neurociencia, que avanza en el conocimiento sobre este rasgo, gracias al cual es posible que nos vistamos como lo hacemos, disfrutemos de electricidad y tengamos sillas, coches, teléfonos móviles y ciudades, entre otras cosas. Según la evidencia científica, hoy sabemos, recuerda Kurtis, que el pensamiento creativo es inherente a todo ser humano. “Potencia tu creatividad de la mano de la neurociencia” adentra al lector en el mundo de la creatividad, definiendo qué se entiende por creatividad y explicando cuáles son los diferentes modelos creativos, las redes cerebrales implicadas en el proceso creativo, las novedades científicas al respecto y las ventajas que tiene para el lector aprender sobre la creatividad y cómo sacarle partido a todo este conocimiento. Para esto, propone una serie de ejercicios prácticos.