La defensa mutante

Claudio Giráldez apuesta por la estabilidad táctica para modificar posiciones y cambiar los roles de sus jugadores - La zaga es el más claro ejemplo de esta versatilidad, en la que han participado hasta diez futbolistas

Jailson pugna por el balón con 
Loiodice, de la UD Las Palmas, 
en Balaídos.   | // ALBA VILLAR

Jailson pugna por el balón con Loiodice, de la UD Las Palmas, en Balaídos. | // ALBA VILLAR / J. conde

La palabra “polivalencia” vuelve a sonar con fuerza en el Celta, como cuando Felipe Miñambres resaltaba esta cualidad al anunciar un fichaje. Ahora, sin embargo, poder jugar en diferentes puestos está muy valorado por el equipo técnico de Claudio Giráldez. De ahí que en el equipo celeste ganasen protagonismo futbolistas como Óscar Mingueza o el canterano Hugo Álvarez. Y la línea defensiva es donde más se aplica esta idea del cambio constante de roles para intentar sorprender al rival y conseguir que disminuya su eficacia. De hecho, hasta diez jugadores han desfilado por la retaguardia del Celta en los cuatro partidos con Giráldez, que apuesta por una defensa mutante.

El entrenador del Porriño dio el salto al primer equipo desde el filial con un plan de juego muy definido: tres centrales, dos carrileros, dos mediocentros y tres atacantes. A partir de esa idea general de cómo desplegarse en el campo, Giráldez va eligiendo las piezas en función de sus características y de cómo puede jugar el rival. Hasta el momento, solo Guaita, Beltrán, Aspas y Larsen han repetido su papel ante Sevilla, Rayo, Betis y Las Palmas. En las otras siete plazas ha habido rotaciones o cambios de roles, pues futbolistas como Carlos Domínguez, Mingueza y Hugo Álvarez también han repetido en los cuatro últimos onces iniciales.

La posición en la que Giráldez ha probado a más gente es en la de líbero, en la que ha utilizado hasta cinco futbolistas: Unai, Starfelt, Tapia, Jailson y Carlos Domínguez. Tras probar con los dos primeros, Jailson parecía que se había asegurado el puesto, pero ante la UD Las Palmas apareció en el doble pivote. En el eje de la zaga situó a Carlos Domínguez, quien hasta ese momento había ejercido como central izquierdo. El vigués, como el brasileño, posee un buen toque de balón para iniciar jugada. Ese traslado de Domínguez al centro llevó a Unai Núñez a la izquierda. En el costado derecho de esa tripleta de centrales han jugado Manquillo y Mingueza, que también han aparecido por el carril derecho, al igual que Carles Pérez y Hugo Álvarez. El ourensano, sin embargo, se ha adueñado del carril izquierdo, por donde también han aparecido Manu Sánchez y Franco Cervi, a la espera de lo que suceda cuando se reincorpore Ristic.

Para disponer de todas esas opciones solamente para la zona defensiva, Giráldez fomenta la polivalencia de sus futbolistas y premia su presencia en el equipo para que ejerzan distintas funciones, según el rival. El caso más significativo es el de Mingueza, al que los tres anteriores entrenadores del Celta no lo consideraban un defensa central. Para Coudet y Carvalhal era un lateral derecho y para Benítez, además, podía jugar como centrocampista. Lo primero que hizo Giráldez fue devolver al catalán al lugar en el que más había destacado durante su etapa en la cantera del Barça. Y ocupando el costado derecho en una defensa de tres es donde más cómodo se siente Mingueza, que se ha convertido en uno de los jugadores más importantes del equipo por lo que aporta en la salida del balón y en sus arrancadas rompiendo líneas rivales.

Cuando Giráldez se hizo cargo del primer equipo, con él se llevó al canterano Hugo Álvarez, el otro jugador que mejor representa la polivalencia en la plantilla celeste. El ourensano destacó en el filial como interior izquierdo, aunque también aparecía como carrilero por el mismo costado. En Primera jugó también como carrilero derecho, formando parte siempre de la defensa mutante de Giráldez.

Carl Starfelt, el gran damnificado tras el cambio de entrenador

De los centrales específicos de la plantilla del Celta, Carl Starfelt es el que menos minutos ha disputado desde la llegada al banquillo de Claudio Giráldez. El sueco solo fue titular en uno de los cuatro partidos que ha dirigido el técnico porriñés en la élite. De indiscutible con Rafa Benítez, Starfelt ha pasado a no jugar ni un solo minuto en los dos últimos partidos. Fue uno de los fichajes de Benítez para apuntalar la zaga del Celta, que encontró en Glasgow por unos 5 millones de euros un central con oficio, férreo en los marcajes y rápido en las anticipaciones. Starfelt se comprometió con el club vigués hasta 2027. Su decisión de incorporarse a LaLiga tenía también un motivo sentimental: instalarse en Vigo le permitiría estar más cerca de su novia, también futbolista, que jugaba en el Sporting de Portugal. Indiscutible en el Celtic, nada más llegar al Celta se hizo con la titularidad en el eje de la defensa celeste. Encadenó 15 titularidades, mientras acudía a las convocatorias de la selección sueca. Sin embargo, no comenzó bien para él el año 2024, después de sufrir un desgarro muscular. A continuación, sumaría tres suplencias en cuatro jornadas entre finales de enero y mitad de febrero. Benítez, sin embargo, le dio todos los minutos de los cuatro últimos partidos que dirigió al Celta antes de ser relevado en el cargo por Giráldez. El nuevo entrenador no contó con Starfelt para el once inicial de su estreno en Sevilla, donde disputó los 22 últimos minutos de un partido que se saldó con victoria celeste. Fue titular en la jornada siguiente ante el Rayo, pero fue sustituido en el descanso. Desde entonces, el internacional sueco no ha vuelto a aparecer sobre el campo.

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