La elevada factura arbitral

Los errores arbitrales han perjudicado al Celta en la mitad de los partidos disputados

Cuadra Fernández muestra tarjeta roja a Iván Villar tras su penalti a Álvaro Morata. // RICARDO GROBAS

Cuadra Fernández muestra tarjeta roja a Iván Villar tras su penalti a Álvaro Morata. // RICARDO GROBAS / j. bernardo

Los errores arbitrales no explican por sí mismos la mala situación clasificatoria del Celta, pero han contribuido a que el cuadro de Benítez haya ocupado posiciones de descenso a la mitad de los partidos que ha disputado en este primer cuarto de la temporada. La factura arbitral es elevada en lo que va de curso, bien decisiones cuestionables de los colegiados que han perjudicado de forma directa al equipo celeste, bien porque la intromisión o la falta de intervención del VAR le ha restado goles que deberían haber subido al marcador. El Celta se ha visto perjudicado por decisiones arbitrales polémicas en cinco de los diez partidos que ha disputado hasta la fecha.

El gol de Larsen al Real Madrid

El buen desempeño del Celta frente al Real Madrid, vigente campeón de Liga, se vio empañado por una acción clave en los primeros minutos de juego: el gol de Strand Larsen anulado a instancias de VAR. Díaz de Mera había concedido al conjunto celeste el tanto, anotado por el delantero noruego tras un breve forcejeo con Kepa en un contacto propio de un lance del juego de los muchos que se producen a lo largo de un encuentro sin mayores consecuencias. Se resignaba el Madrid a sacar de centro cuando el colegiado fue advertido desde la sala VOR que revisase la jugada. Tras reexaminarla en el monitor, Díaz de Mera anuló el gol. El Madrid acabó ganando el partido por la mínima gracias a un gol de Bellingham tras un saque de esquina a 11 minutos del final. La rectificación del árbitro privó al cuadro de Benítez de un punto que, sobre el terreno de juego, hizo méritos para sumar.

Gol fantasma de Bamba

Más polémico, si cabe, fue el gol fantasma de Jonathan Bamba que no llegó a subir al marcador en el siguiente encuentro en Balaídos contra el Mallorca, equipo que también se acabó llevando una victoria mínima del estadio vigués gracias a otro gol en los minutos finales del encuentro, en este caso de Vedat Muriqi. El remate del marfileño rebasó con aparente claridad la línea e gol de la portería. Una vez más el árbitro concedió el tanto, que fue anulado a instancias del VAR.

La polémica decisión tomada desde la sala VOR causó enojo entre la afición celeste y la indignación de Rafa Benítez, que mostró su perplejidad y enfado por el hecho de que LaLiga careciese a la tecnología de gol que desde hace tiempo funciona en otros campeonatos europeos. El coste de habilitar dicha tecnología supondría para LaLiga 2 millones de euros anuales.

Primera amarilla a Luca

Menos polémica, pero demasiado rigurosa fue la expulsión de Luca de la Torre en el duelo contra el Deportivo Alavés de la sexta jornada liguera en Balaídos. El choque se resolvió en empate (el primero de los dos puntos que los celestes han conseguido este curso como locales) y estuvo condicionado negativamente para el Celta por la severa expulsión por doble amarilla de Luca de la Torre (min. 68) que dejó a los celestes más de media hora en inferioridad numérica. Existe consenso en señalar que la primera de las dos tarjetas mostradas al estadounidense fue excesiva

Gol anulado en Las Palmas

Pese a los errores defensivos cometidos en los últimos minutos que propiciaron la remontada local, el Celta se vio claramente perjudicado en su visita al Estadio Gran Canaria por otro gol (el segundo del curso) anulado a Larsen por una presunta falta previa de Douvikas en la acción previa al remate del noruego. El contacto fue muy ligero y propio de una acción disputa futbolística. El gol debió subir al marcador.

Roja a Iván Villar

La última polémica arbitral atañe a la tarjeta roja directa con que cuadra Fernández expulsó a Iván Villar tras hacer penalti a Morata. La pena máxima es evidente, pero el portero celeste simplemente trata de rectificar un error y disputa luego el balón al delantero colchonero. El VAR debió avisar al colegiado para que cambiase la roja por amarilla, pero dejó la jugada a interpretación del árbitro, con el consiguiente perjuicio para el Celta, que jugó más de una hora en inferioridad numérica.