Balaídos tiene la llave de la tranquilidad

El Celta necesita mejorar sus números en Balaídos para vivir un final de temporada sin sobresaltos. La mejoría experimentada con Carlos Carvalhal no ha bastado al conjunto celeste para poner tierra de por medio con los puestos de descenso (ahora a 3 puntos) debido, en buena medida, a que no ha sido capaz de trasladar al marcador la superioridad que ha tenido sobre el césped en la mayoría de los partidos de casa.

Los discretos resultados que el conjunto celeste ha firmado en el estadio vigués contrastan con el convincente rendimiento que ha ofrecido como visitante con el técnico luso. El Celta ha puntuado en cinco de sus seis desplazamientos. Solo ha encajado una derrota, en Son Moix, frente al Mallorca (1-0), ha ganado en sus visitas al Martínez Valero (0-1) y el Benito Villamarín (3-4) y ha puntuado en campos tan complicados como Vallecas (donde ningún equipo lo había hecho antes), el Reale Arena o El Sadar en esta última jornada. El botín como visitante es considerable: 9 puntos de 12 posibles, la mitad de los que se han puesto en juego. Y los celestes lo han conseguido (salvo en el caso del Elche) en escenarios de gran dificultad.

En Balaídos, el Celta ha practicado buen fútbol, pero con frecuencia no ha sido capaz de traducir en victorias las buenas sensaciones que ha ofrecido sobre el terreno de juego. Como locales, los celestes han derrotado al Athletic y al Valladolid, pero han cedido dos derrotas, ante Osasuna (de forma clara) y el Atlético de Madrid (de manera muy injusta) y han empatado con el Sevilla y el Villarreal tras superar a ambos de forma holgada en juego y ocasiones. La falta de efectividad en casa ha pasado al equipo una elevada factura. El saldo como local (8 puntos de 18) es inferior al que el Celta presenta como visitante, algo poco habitual.

El calendario y la extrema igualdad que preside la carrera por alejarse del descenso (solo tres puntos separan al duodécimo, Celta, del decimoctavo, Almería) urgen a mejorar los resultados en Balaídos, especialmente si se considera que el Celta disputará un partido más como local que como visitante en este último tercio de competición y que el coliseo celeste recibirá en los próximos meses a un buen número de rivales involucrados en la pugna por huir de la quema. Tras recibir este sábado al Rayo Vallecano, en las siguientes jornadas visitarán Balaídos el Almería (2 de abril, tras el parón de selecciones), el Mallorca (actualmente 3 puntos por encima de los celestes), el Elche, el Valencia, el Girona y, ya en la última jornada de Liga, el Barcelona.

Lejos de casa, el calendario se antoja, sobre el papel menos amable. Los celestes afrontan una primera salida frente a un rival directo al campo del Espanyol y rinden luego visita al Santiago Bernabéu, el Sánchez Pizjuán, La Cerámica, el Coliséum Alfonso Pérez, San Mamés y, en la penúltima jornada, el Nuevo Mirandilla.

Un rápido vistazo a los partidos firmados por el Celta bajo el mando de Carvalhal confirma la notable mejoría defensiva que el equipo ha consolidado desde que el técnico luso relevó a Eduardo Coudet en la dirección del equipo a comienzos del pasado mes de noviembre. El promedio de goles por partido encajados por el equipo ha menguado de forma muy significativa, pasando de 2 con el argentino, a solo 0,8 con el portugués.

Los números ofensivos del Celta se mantienen,en cambio, inalterados. El equipo celeste ha anotado 13 en 12 encuentros con ambos técnicos (1,08 por choque). Sí ha variado el reparto. El Celta ya no depende tanto de Iago Aspas, cuyos goles siguen dando puntos (firmó los de las victorias contra el Elche y el Athletic), pero que ha encontrado un digno sucesor en Gabri Veiga. El porriñés suma 5 tantos, 4 contabiliza el moañés, mientras que Larsen ha aportado 2, Aidoo y Sereforvic uno y otro, en propia meta, Le Normand. De los 13 anotados en la etapa de Coudet, Iago contribuyó con 6, Gabri aportó 3, Óscar Rodríguez 2 y Paciencia y Aidoo uno cada uno.

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