Al Celta le come la tostada el Levante

Los vigueses dejan escapar la victoria en un instante de relajación | Cervi adelantó a los celestes y Roiger Martí empató a falta de diez minutos

Iago Aspas, sentado en el campo

Iago Aspas, sentado en el campo / Ricardo Grobas

El Celta creía que ya lo tenía todo hecho para certificar su cuarto triunfo consecutivo en Balaídos. Se concedió un minuto de relajación cuando creía que los deberes estaban resueltos. Y el Levante, que ya había perdonado dos ocasiones clarísimas antes del tanto inicial de Franco Cervi, marcó cuando los celestes ya les daban por muertos. Se desesperaba el Chacho Coudet en la banda reclamando a sus jugadores intensidad y concentración en el momento que Javi Cantero centró ante la pasividad de dos defensores vigueses. En el primer palo apareció Roger Martí, que controló la pelota y cruzó ante Dituro. En un instante se echó por tierra un gran trabajo de presión y asedio del Celta sobre un colista que supo jugar su papel. Dominado en todo momento y penalizado por su falta de puntería en los dos claros acercamientos que tuvo, el Levante resistió más de una hora. El tiempo que tardaron Galán y Cervi en encontrarse en la distancia. Porque el argentino y el cordobés, socios habituales en la banda izquierda, le alejaron para que el lateral pusiese un centro perfecto al segundo palo para la llegada de su compañero, que con un soberbio frentazo adelantó a los suyos. Pero el Levante no se rindió. Alessio Lisci sacó a toda su artillería y sus pupilos aprovecharon el momento de indecisión celeste para llevarse un punto de Vigo que les acercan un poco a la permanencia y vuelven a alejar al Celta del tren de Europa. Los olívicos se mantienen invictos en Balaídos por cuarto partido consecutivo, pero en las dos últimas jornadas se han dejado puntos contra equipos de la zona de descenso.

El partido comenzó a toda velocidad. Los celestes, con el once que todos los aficionados ya recitan de memoria, se fue desde el inicio a por la yugular del Levante. El plan era intimidar al colista. Encerrarle en su propio campo y probablemente marcar pronto. Aunque al planteamiento le falló este último detalle. Porque todo el trabajo para robar la pelota en campo contrario tendría que haber llevado al Celta a acelerar por los caminos que conducen al gol, pero no fue así. Los vigueses ahogaron al Levante pero luego chocaron contra su rocoso entramado defensivo con tres centrales. Las posesiones viguesas fluían hacia los costados pero todos los balones al área solo encontraban cabezas y botas de los defensores. Solo Cervi, el mejor del partido esta noche, pudo quebrar a la zaga valenciana con un desmarque diagonal y con un remate a las manos de Cárdenas. Antes, el Celta se había librado de encajar un gol cantado. Dani Gómez falló de manera inexplicable con la portería vacía después de una cabalgada y asistencia de Morales. El delantero granota se echaba las manos a la cabeza y señalaba a Aidoo, que en el último momento había rozado la pelota para incomodarle en el remate.

Tras el descanso prosiguió el asedio del Celta, solo entrecortado por otra salida del Levante y otro fallo clamoroso en la definición de cara a portería. Esta vez a cargo de Roger Martí. Coudet hizo debutar a Orbelín Pineda y también dio entrada a Carlos Domínguez. Salieron Araújo y Denis para que los celestes formasen con una especie de 4-3-3 con el mexicano en el medio junto a Beltrán y Brais. Cervi se cambió de banda, Mina como referencia y Aspas con libertad. Así llegó el gol. Un centro perfecto de Galán al segundo palo para la llegada de Cervi. El argentino conectó un cabezazo inapelable. Sería su último servicio. El entrenador le sacó del campo para meter a Tapia. No quería sobresaltos. Aunque al final sucedió lo contrario. El propio técnico argentino lo vio venir con dos pérdidas evitables de Mina y Aspas. Desde la banda gritaba a sus jugadores para que mantuviesen la tensión cuando llegó el tanto del empate. Cantero centró ante la pasividad de dos defensores y Roger hizo el resto a falta de diez minutos.

Con las prisas del que sabe que apenas tiene tiempo para arreglar su propio desaguisado, el Celta se lanzó de nuevo a por el gol. A punto estuvo de lograrlo Orbelín Pineda con un lanzamiento cruzado que sacó Cárdenas con el pie. Al final los valencianos tiraron de oficio para frenar las ansias de los vigueses e incluso terminaron el partido en el área de Dituro, con un par de saques de esquina que desataron más los nervios en Balaídos. Con este empate, los de Vigo se quedan en tierra de nadie. Intentarán sumar un nuevo triunfo el próximo sábado en Madrid, en su visita al Wanda Metropolitano.