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Dos años esperando a Pione Sisto

El sursudanés pasó en dos semanas de "villano" a héroe del celtismo

Pione Sisto, el domingo, ante el Sevilla. // Ricardo Grobas

El reloj de arena de Jorge Drexler se paró setecientos treinta días, 35 menos que lo que ha tardado Pione Sisto en marcar un nuevo gol en Balaídos. El futbolista sursudanés daba la victoria al Celta el pasado domingo con un tanto en el descuento que llenó de felicidad a un estadio que dos semanas antes había asistido perplejo al enfado de Sisto cuando era sustituido por su compañero el 'Toro' Fernández. De "villano" a héroe pasaba el internacional danés para muchos celtistas que en las últimas horas se arrepentían a través de las redes sociales de las críticas pasadas contra quien en la plantilla consideran una persona compleja.

"Sabemos lo que nos puede dar. Tiene sus cosas, como todos sabéis, pero es un jugador diferencial. Es diferente a todos, no solo futbolísticamente sino también personalmente. Es de nivel y nos puede ayudar hasta final de temporada", comentaba el domingo Óscar García en referencia a Pione Sisto, después de desaprobar que el jugador se comportase como "un villano", tras su enfado ante el Eibar al marcharse al banquillo. El entrenador acabó imponiéndole una multa, después de recordarle que lo había rescatado del ostracismo.

En la personalidad del internacional danés incidió la madrugada del domingo su compañero Iago Aspas en los micrófonos del programa 'Tiempo de Juego', de la Cadena Cope. "Va al revés del mundo. Solo le falta llevar el volante al otro lado. Hace todo al revés. Es un chico joven, está fuera de su casa, casi siempre solo. Come comidas diferentes a los demás. Cuando él come, otro desayuna. Igual aguanta sin comer hasta el partido. De repente solo come fruta... cosas raras que pasan por su cabeza", señalaba el delantero de Moaña ante las risas de los tertulianos del programa deportivo.

Aspas, que a esas horas se encontraba en su domicilio viendo repetido el partido de la Ligue 1 francesa entre el PSG y el Lyon, se explayaba en apuntar detalles sobre la vida de su compañero, mientras sonaba alguna carcajada desde el estudio radiofónico. "A veces viene su hermano, que es su agente. Hace dos años vinieron sus padres. Antes tenía pareja, ahora no lo sé, no le voy preguntando. Es un jugadorazo y lo ha demostrado aquí. No sale de fiesta casi nunca, ni cuando vamos de cena se toma una copa. Es raro. No juega al golf, pero en su cabeza igual sí",ría Aspas mientras daba por finalizada la descripción de un futbolista que el pasado 4 de febrero cumplió 25 años, nacido en Kampala (Uganda), a donde sus padres habían llegado huyendo de la guerra en Sudán del Sur. Dos meses después, la familia era acogida como refugiada en Dinamarca. A los 7 años de edad, el ahora jugador del Celta entraba a formar parte de Tjorring IF, un modesto club de la localidad de Herning. En el FC Midtjylland debutaba con 17 años en la liga danesa y de ahí daba el salto al Celta en julio de 2016.

Días atrás, su compañero Fedor Smolov recordaba que Pione Sisto había sido el céltico que más le había llamado la atención en la eliminatoria europea que el Krasnodar, club al que pertenecía entonces el delantero ruso, disputó contra el conjunto vigués. Ese curso 2016-17, Sisto era un jugador muy desequilibrante. Un gol suyo en Genk dba al Celta el pase a las semifinales de la Liga Europa.

Su rendimiento, sin embargo, fue en descenso, hasta el punto de que el club celeste lo intentó vender el pasado verano. Sisto rechazó una millonaria oferta económica del Aston Villa inglés. Con la llegada de Óscar García a Vigo, el sursudanés ha reencontrado el equilibrio y vuelve a ser una pieza fundamental para el Celta. En lo que va de curso, acumula cuatro goles, entre LaLiga y la Copa del Rey. El más importante, hasta el momento, es el que el domingo le dio una victoria al Celta que le permitía saltar de la última a la decimoséptima posición en la tabla, con dos puntos de ventaja sobre la zona de descenso.

Cuando lo daban como un caso perdido por sus extravagancias, Pione Sisto vuelve a ser un futbolista decisivo. Ante el Sevilla entró tras el descanso y en 45 minutos dejó unos registros excelentes: un gol después de tres tiros a puerta, completó los dos regates que intentó y ganó cinco de los siete duelos con los rivales. No marcaba en casa desde el 4 de enero de 2018. Sí lo había hecho a domicilio: en siete ocasiones.

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