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El preparador físico llegará de Pumas, dirigido por Míchel

Cuatro personas componen el equipo técnico de Óscar García en el Celta. El sabadellense contará en Vigo con su hermano Óscar como segundo entrenador. Rubén Martínez ejercerá como analista, después de que lo hiciera como ptreparador de porteros en la etapa en el Brighton del actual entrenador céltico. Los tres se encuentran en Vigo desde la mañana del martes y ya han dirigido dos entrenamientos en A Madroa. Falta por incorporarse Kike Sanz, que ejercerá como preparador físico. El valenciano se marchó la primavera pasada a México para formar parte del grupo de trabajo de Míchel González en el Pumas. Sanz dejará al exmadridista para colaborar con el exbarcelonista Óscar García. A sus 40 años, Sanz acumula un amplio curriculum, pues trabajó con Benítez en el Liverpool y con Mandiá en varios clubes españoles (Hércules, Racing de Santander, Tenerife). Mandiá ejerce ahora de segundo de Míchel en el club mexicano, que ocupa la novena plaza en la Liga MX.

Óscar García no llega a Vigo con la idea de imponer un dibujo táctico, Este discípulo de Johan Cruyff cuestionaba ayer la posibilidad de implantar en Vigo el 4-3-3 habitual en Can Barça desde que el genio holandés cambió para siempre la mentalidad del club catalán. Dependerá de si en la plantilla celeste encuentra extremos para desarrollar el juego a partir de tres centrocampistas y tres atacantes. En algunas de sus experiencias en el extranjero se decantó incluso por el 4-4-2, con los centrocampistas formando un rombo, Tampoco se descartan variantes como el 4-1-3-2 o el 4-2-3-1.

"Es importante conocer bien a los jugadores, pero no soy un entrenador que siempre haya jugado con el 4-3-3. Si tengo jugadores, sí; pero si no tienes extremos es más complicado de esta manera. Todavía no tengo un sistema que diga que voy a jugar así siempre", explicó ayer Óscar García sobre el sistema que empleará en el Celta, que se convirtió en un rival muy previsible abusando del 4-4-2, aunque Escribá alternó este dibujo con el 4-3-3 en función de si el equipo atacaba o defendía. Sin embargo, no buscó otras alternativas que pudiesen adaptarse al tipo de futbolistas que tenía en la plantilla. Así, Denis Suárez, por ejemplo, estuvo confinado al interior izquierdo, donde dejó de desbordar y se convirtió en un jugador insignificante con el paso de las jornadas. Tampoco Rafinha, escorado a la banda derecha, ha brillado en lo que lleva de temporada en Vigo. Con Óscar García, el brasileño llegó a jugar como falto delantero centro en el juvenil del Barcelona que ganó la triple corona en la misma temporada.

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