Como ocurriera hace dos temporadas, Iago Aspas acabó con su sequía goleadora en la octava jornada de LaLiga y con el mismo árbitro. Entonces fue en Las Palmas, con un triplete en su zurrón y con el catalán Medié Jiménez como colegiado. Ayer, el tanto del moañés llegó con suspense, tras consulta al VAR por si el céltico había rematado en fuera de juego. El árbitro concedió el gol pasados unos minutos de su ejecución y se completaba una doble celebración, pues suponía una importante victoria para el Celta, cuestionado por su empate en casa ante el Espanyol y su derrota en Eibar. Tras el partido, Aspas expresaba su deseo de que el tanto ante el conjunto vasco sea "el primero de muchos" y aspira a repetir por cuarta temporada consecutiva como el máximo goleador español de la competición. Su falta de pegada le ha dejado, además, fuera de las dos últimas convocatorias de la selección española, que ahora entrena Robert Moreno.
"Siempre me cuesta un poco empezar [a marcar goles] en la temporada, no sé por qué. Hasta que entra el primero... Luego es más fácil que lleguen los siguientes. Hay que seguir trabajando, seguir apoyando al equipo y que valga para conseguir los tres puntos", apuntaba ayer a Gol TV la estrella céltica tras el remate de cabeza que superó al portero del Athletic Unai Simón.
El tanto tuvo suspense y doble celebración por parte de los célticos, ya que el catalán Medié Jiménez anuló el tanto a petición de un auxiliar y lo concedió minutos después de que el VAR revisase la jugada y la considerase válida.
Colegiado talismán
"Yo creía, en principio, que era fuera de juego porque le cogí la espalda al chico. No tenía esa perspectiva de Williams", explicó el céltico, que acababa su sequía goleadora con el mismo colegiado que hace dos años en Las Palmas. Medié Jiménez es talismán para el céltico: el 16 de octubre de 2017, el moañés marcó un triplete en la victoria de los celestes por 2-5. Ayer, protagonizó el gol de la victoria ante el Athletic Club, uno de los rivales más duros de doblegar para los célticos.
Hace dos años, el moañés aprovechó la baja de Maxi Gómez por sanción. Ahora, con el uruguayo en Valencia, Aspas tiene en Mina al nuevo compañero en ataque, aunque de momento el dúo no funciona tan bien como se esperaba. "Yo me siento cómodo en el terreno de juego. Santi es un futbolista de mucha movilidad, del estilo de lo que hacía Maxi, y nos dará alegrías".
En esta ocasión, Aspas tardó 703 minutos para estrenarse como goleador en la presente temporada. En 2017, el moañés encadenó 649 minutos sin marcar.
Con el tanto de ayer, el céltico alcanza los 90 goles en la máxima categoría: 88 con el equipo vigués y 2 con el Sevilla. De esta forma, Aspas entra en el top 100 de los máximos artilleros de la historia de Primera División, según recordaba ayer Afouteza e Corazón.
Sin los compromisos de la selección, Aspas tiene dos semanas por delante para preparar la cita ante el Alavés y una semana después recibirá a la Real Sociedad (8 goles), su rival favorito, en Vigo.