La trayectoria profesional de Rafinha Alcántara ha estado marcada por el infortunio. Tres graves lesiones de rodilla, la última de ellas la pasada temporada, han ensombrecido la trayectoria del futbolista azulgrana, que se ha roto el cruzado de las dos rodillas y el menisco en apenas cuatro años. El de su cesión al Celta, en la campaña 2013-14, fue su año más tranquilo. A las órdenes de Luis Enrique Martínez, el atacante brasileño disputó con el Celta 34 encuentros de Liga a un excelente nivel. El técnico asturiano lo repescó al año siguiente para el Barça y en este primer año con la primera plantilla azulgrana Rafinha gozó de cierto protagonismo, llegando a disputar 24 encuentros ligueros.
Las cosas comenzaron a torcerse para Rafinha en el curso 2016-17. En un encuentro de la Liga de Campeones, el brasileño se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha tras sufrir una entrada del belga Nainggolan nada más ingresar en el campo en sustitución de Ivan Rakitic. Apenas pudo jugar seis partidos aquella temporada.
El siguiente curso, el hijo de Mazinho disputó 18 partidos de Liga, pero una rotura de mesnisco volvió a frenar su progresión. Peor aún le fueron las cosas la pasada campaña tras romperse de nuevo el ligamento cruzado anterior, en este caso de su rodilla izquierda. Solo pudo jugar cinco encuentros. Esta temporada suma ya tres a muy buen nivel, circunstancia que ha contribuido a alimentar el interés del Celta por recuperarlo.
