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La peña de la escalera

Abonados de Río Bajo se encontraron con la sorpresa de que su asiento había desaparecido

Algunos de los aficionados afectados, // FdV

"Llevo más de treinta años sentado en el mismo asiento de Balaídos, con las mismas personas a mi lado y el sábado tuve que hacerlo en una escalera porque mi butaca había desaparecido". Esta es la denuncia que hace Moisés Durán, uno de los diez socios que el sábado llegaron a Río Bajo y se encontraron que sus asientos, los mismos que aparecen en sus carnets de abonados, había desaparecido.

Se trata de los asientos con los números 64, 66 y 68 de las filas 11, 12 y 13. Con las nuevas butacas de Río Bajo, que son algo más anchas, casi todo el mundo ha visto ligeramente desplazado su asiento. Unos centímetros o unos metros en función de dónde estén colocados. Pero en este caso, al llegar a uno de los vomitorios que hay detrás del banquillo del Celta la numeración se corta en el número 62 y se reanuda del otro lado de la salida con el número 70. Una decena de butacas que se han ido directamente al limbo. Moisés Durán no tiene dudas de que el club es el responsable de la situación vivida: "Yo entiendo que la reforma ha provocado que desaparezcan algunas butacas, porque ahora son más anchas, pero a mí quien me vende el asiento número 64 de la fila 12 es el Celta". Recuerda el abonado que "durante las últimas semanas hemos oído y leído que el club se iba a poner en contacto con las personas que se viesen afectados por este tipo de cambios. Sin embargo, nadie nos llamó a uno de los que el sábado estábamos en esa situación. Es más, hubo un caso de un aficionado de fuera de Vigo al que sí llamaron para que eligiese sitio porque el suyo desaparecía. Se tuvo que desplazar a Vigo, eligió y cuando llegó el sábado se encontró con que el nuevo no estaba y en el que llevaba toda la vida sí existía y estaba ocupado por otro señor".

La situación del sábado resultó desagradable. Cuenta Moisés Durán que "nos sentamos en una escalera. Vinieron un par de personas a decirnos que no podíamos estar allí y que podíamos buscar asiento en las esquinas de la grada. Nos negamos y dijimos que de allí solo nos sacaba la policía. Al final vino otra persona del club con un tono diferente que nos pidió disculpas y fue la que nos dijo que podíamos quedarnos en la escalera sentados". Durán, como el resto de los afectados por esta situación, exigen que les den una explicación y sobre todo una solución para el futuro. Se declara al margen de cualquier enfrentamiento entre el Concello y el Celta, pero tiene claro que "al margen de lo que haya podido pasar por la reforma, el responsable de vender el asiento, de asignarlo, de cobrarlo es el Celta y a él es a quien hago responsable de esta situación".

El abonado sospecha que en el fondo de todo este asunto pueda flotar el enconado enfrentamiento entre las dos instituciones a cuenta de la reforma del estadio: "Nadie me lo quita de la cabeza. Y deberían tener en cuenta que a nosotros nos dan igual esas cosas. Yo llevo toda la vida en Balaídos sentado al lado de las mismas personas. Sé quiénes son, conozco a sus familias, sus problemas, sus inquietudes, pero no tengo ni idea de a quién vota cada uno de ellos. Eso es lo que deben entender, que el Celta trasciende a todos ellos".

Los socios ya han hecho llegar al club sus quejas de forma directa y esperan que la situación se pueda solucionar de aquí al próximo partido en Balaídos que es este mismo sábado. Quieren que la foto de la "peña de la escalera" quede como una triste anécdota en sus largas vidas como socios del Celta.

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