El 16 de agosto de 1927 el Celta se presentó ante su afición, de nuevo, con dos partidos contra el Español de Barcelona, ante el cual los aficionados pretendían valorar el potencial del Celta de cara a la temporada 1927-28 que estaba próxima a comenzar, bajo el mando del entrenador escocés Mr. Cowan.

El primer match se jugó en una tarde completamente británica en pleno mes de agosto, sin sol y lloviznando a ratos. Lo que no impidió que acudiese mucho público al campo de Coya, dada la fama del conjunto catalán y sobre todo de su guardameta Zamora, el cual volvía a Vigo un año después de haber encajado, en un amistoso, aquellos cinco goles que en Vigo se recordaban con el soniquete: "Cinco goles a cero y Zamora de portero", dándole la vuela al "uno a cero y Zamora de portero" que había celebrado una famosa actuación del "Divino" con la selección ante Dinamarca.

El descontento se hizo general cuando el Español saltó al terreno de juego sin Zamora, a pesar de que en las taquillas se habían colocado unos avisos de que Zamora no jugaría por imposibilidad física, y antes del partido dos hombres habían recorrido todo el campo con un enorme cartel dando la noticia. Lo que no acalló el descontento de las gradas, donde se encontraba, vestido de paisano el portero internacional. Zamora se había lesionado en un accidente de coche por tierras catalanas.

- Hoy vamos a perder -dijo Enrique Macías, presente en las gradas como siempre.

- ¿Por qué lo dices? -le preguntó su hermano.

- Por ese que está ahí -le contestó Enrique, señalando a Zamora en el palco. Para añadir: -Si jugara ese 'pantalleiro', le meteríamos cinco como el año pasado.

Los demás no hicieron más caso del comentario de Enrique, ya que el partido había comenzado y el Español estaba jugando magníficamente. Tan magníficamente que en una bonita jugada, en la que intervinieron sus cinco delanteros, consiguió marcar el primer tanto de la tarde. Ante el magnífico juego que desarrollaba el cuadro catalán, el público olvidó el mal humor que le había producido la ausencia de Zamora, así como el excelente juego del Celta, que se destapó empujando y marcando cuatro goles, siendo el justo vencedor del partido por 4-2.

El segundo partido también se disputó con mucho público, jugando el Celta muy bien la primera parte, que desbarató el Español con su juego brillantísimo. Los catalanes pusieron el marcador en un 2-5, con una debacle en puertas, que el Celta pudo evitar e incluso superar, con una reacción en la que Reigosa y Cabezo pusieron el marcador en un 4-5.

El Celta de Mr. Cowan, pese a ciertos momentos, no gustó en estos dos partidos, pues se le vio falto del clásico espíritu combativo céltico. Un cambio de estilo que llevaba a la desconfianza del aficionado, el cual no creía que el equipo vigués pudiera volver a recuperar el título de campeón gallego, que ahora ostentaba el Deportivo, que era lo que también pensaba Enrique.

- Este año ni con entrenador escocés vamos a ser campeones.

Aquel verano de 1927 se reunía el pleno de la Federación Española de Futbol y en la asamblea se planteaba por primera vez oficialmente el tema de la Liga de Fútbol Española. En la reunión no hubo unanimidad para llevarla a cabo, pero sí se tomó el acuerdo de realizar un ensayo de esta Liga. Como prólogo a la temporada oficial que iba a dar comienzo con el ensayo de este torneo que se quería implantar, el Celta le disputaba la Copa de Pontevedra al Eiriña. Los célticos vencieron en su doble confrontación, tanto en Pontevedra como en Coya. Luego se enfrentaron al potente Atlethic Club de Bilbao, al que derrotaron por 5-1 después de una auténtica exhibición del equipo que ahora se había convertido en una hechura de Mr. Cowan. Todos se estaban acostumbrando a ver al técnico escocés fumar en cachimba por la banda; él, poco a poco, se iba haciendo con la afición viguesa.

Pero su debut en el primer torneo de ensayo de la Liga no fue muy afortunado pues el Racing de Santander vencía al Celta en la ciudad cántabra nada menos que por 7-4. A partir de aquí, en este torneo, bajo la dirección de Mr.Cowan, los célticos no volvieron a perder partido pues vencieron al Sevilla por 1-0 en Coya, al Sporting de Gijón en el Molinón por 0-3, en Vigo al Racing de Santander por 3-0, en el partido de vuelta, y al Murcia en La Condomina con el mismo resultado. Además empataron en Coya 1-1 con el Valencia y en Mestalla 2-2. También igualaron con el Sporting de Gijón 5-5 en Coya y en Sevilla 2-2. Estos resultados fueron muy valorados pensando en esa Liga que se pretendía implantar a nivel nacional.

Ahora había que afrontar el Campeonato de Galicia, para recuperar el título de campeón gallego que ostentaba el Deportivo de La Coruña. Pero antes hubo que resolver una pequeña crisis por la dimisión irrevocable del presidente Fernández Mato, que fue sustituido por Manuel Prieto González. Una vez resuelta la pequeña crisis directiva, el Celta ganaría todos los partidos del campeonato regional a los equipos que participan como al Eiriña de Pontevedra, Racing de Ferrol y Deportivo de La Coruña, ante el que perdió el único encuentro del campeonato, Emdem, también de La Coruña, así como contra el Unión Sporting de Vigo. Por lo tanto el Celta se volvía a proclamar campeón de Galicia.

Ya en el Campeonato de España el Celta tenía que jugar una liguilla entre los campeones y subcampeones de Asturias, Castilla-León y Galicia en la que se proclamaba campeón por golaveraje al estar empatado a 15 puntos con los asturianos. Clasificado para jugar los cuartos de final, le correspondió eliminarse con la Real Sociedad de San Sebastián, que estaba considerada como uno de los equipos más fuertes del fútbol español. En el primer partido de la eliminatoria, que se disputó en Coya, el Celta ganaba por 2-1. En Vigo se consideraba insuficiente para eliminar a los vascos en su partido de vuelta a jugar en Atocha y así fue efectivamente; la Real Sociedad vencía 3-0 con dos goles de penalti en un partido durísimo.

América, América

La popularidad del Celta tuvo su eco en América, donde se requirió su presencia y hacia donde embarcó en el trasatlántico alemán "Werra" el 7 de junio de 1928, reforzado con jugadores del Deportivo, Ferrol y Sevilla, bajo las órdenes del entrenador Mr.Cowan. El Celta fue recibido en Buenos Aires con gran cariño por la colonia gallega, hasta tal punto que el primer partido jugado contra un combinado porteño fue presenciado por 60.000 espectadores. En Buenos Aires el Celta jugó tres partidos, de los que ganó uno y perdió dos. Al igual que perdió los dos jugados en Uruguay y el que se enfrentó a un combinado de Rosario.