Es una de las referencias de la plantilla del Celta, pues le ayuda con su veteranía y compromiso (incluso cuando no juega) para que el equipo encuentre soluciones a su comprometida situación deportiva. Gustavo Daniel Cabral (Isidro Casanova, Buenos Aires, 1985) se siente agradecido al club al que llegó en julio de 2012 aunque desconozca si en A Sede quieren o no renovarle el contrato que concluye el 30 de junio. Escribá, quien ha reconocido públicamente el compromiso del futbolistas argentino a la causa celeste, le ha concedido la titularidad en las dos últimas jornadas. El zaguero desconoce si repetirá mañana en el once ante el Atlético de Madrid (Metropolitano, 18:30h). En la primera vuelta le anularon un gol ante los rojiblancos. Continúa sin marcar este curso, aunque entre sus ocho tantos en los más de doscientos partidos con el Celta destaca el de Ucrania, que valió el pase a los octavos de final de la Liga Europa, o el de Valladolid en 2013, cuando se jugaban la permanencia.

- ¿Cómo está el equipo tras una semana fantástica y ante el reto de acudir al Metropolitano sin Aspas?

- Está bien después de haber conseguido 7 de los 9 puntos jugados. Hemos salido de la posición de descenso y eso es muy reconfortante para el grupo y esperamos seguir así. Todavía quedan partidos y si podemos terminar más arriba, mucho mejor.

- Tras alcanzar los 32 puntos, ¿hicieron cálculos de cuántos necesitarían para evitar el descenso?

- Prefiero ir partido a partido, hay que tratar de tener la mentalidad de querer ganar todos los que nos quedan por delante, donde nos esperan rivales muy difíciles. Pero da igual el rival porque para mí siempre hay un 50 por ciento de posibilidades de ganar un partido. El Atlético de Madrid es un rival importante, que juega ante su afición, que cuenta con grandes jugadores, pero nosotros vamos con nuestras armas: competir y tratar de hacer las cosas bien; venimos de una dinámica muy buena y ojalá que continúe en esta jornada.

- Pero el Celta acude al Metropolitano sin Aspas, el principal artífice de la remontada. ¿Temen no poder resolver el partido sin el moañés?

- Siempre dije que Iago es un jugador importante para nosotros y es verdad que lo necesitábamos, pero creo que también tuvo importancia el trabajo de todo el equipo. A nivel defensivo se ha trabajado muy bien, también en el medio campo, Maxi ha vuelto a marcar, jugadores que no estaban en un buen momento han vuelto a estar bien y eso da una mejora a nivel de todo equipo. Es verdad que en este partido nos faltará Iago pero el jugador que esté en esa posición querrá hacerlo bien, igual o mejor que Iago, aunque es difícil superar lo de Iago porque es un jugador especial para este equipo.

- Imagino que resulta más fácil preparar un partido sin la presión de ocupar puestos de descenso.

- Es complicado cuando entras en una dinámica negativa como la que tuvimos nosotros, pero se ganó al Villarreal y hay que tener en cuenta sobre todo cómo se le ganó. Salir de esa situación de la manera que lo hemos hecho es muy positivo. El equipo va levantando la cabeza, se va sintiendo más confortable en la idea de juego, muy cómodo en el campo, y eso habla de una mejora a nivel grupal e individual.

- ¿Qué peso han tenido en esa mejora de resultados veteranos como usted y Sergio Álvarez para que lo reconozca incluso Fran Escribá?

- Lo importante siempre es que los jugadores más veteranos traten de apoyar al equipo. Para mí, lo más fácil sería decir: termino contrato, me voy y si el Celta desciende me da igual. Eso sería lo más fácil, pero no es así para mí. El Celta me ha dado muchísimo a nivel profesional y en calidad de vida, tanto a mí como a mi familia. Entonces, lo mejor que le pueda dar al Celta se lo daré siempre. En ese caso me tocaba no jugar pero aportaba desde fuera. Trataba de estar siempre a disposición del entrenador, animar a mis compañeros, hacer buenos entrenamientos para que todos estuviésemos bien, tanto al que juega como al que no. En ese rol, Sergio también lo ha hecho muy bien y sigue apoyando, a pesar de que no le está tocando jugar. Es un halago que el entrenador haya visto eso y que lo dijese públicamente. A nosotros nos agrada muchísimo y es para valorar.

- ¿Y qué importancia le da a la afición en estas circunstancias?

- La afición siempre ha estado con el equipo y el papel que está realizando me parece grandioso, con las quedadas antes de los partidos, animando en Balaídos... No voy a descubrir nada nuevo porque lo sentí desde el primer momento que llegué al Celta y lo sentí en los momentos difíciles. En otros lugares, la gente te repudia en los momentos difíciles. Aquí es al revés. Nunca me había pasado estar en una situación adversa y tener a quinientas personas en un entrenamiento alentando al equipo para salir de la situación, y eso me pareció grandioso. Sigo corroborando día a día que la afición nos apoya siempre, siempre.

- ¿Qué se siente desde el autobús en esos recibimientos multitudinarios en Balaídos?

- Primero: mucho ahogo por el humo que entra en el autobús (risas), pero es algo muy bonito. Lo que me encanta de todo esto es que me hace recordar muchísimo a lo que es el fútbol en Argentina, a mis comienzos. Esa pasión que se ve y las caras de la gente, no solo el golpeo sobre el autobús. Ver desde la ventanilla las caras de la gente me encanta, ver la alegría que tiene, lo que transmite esa cara durante el cántico de Celta, Celta? Verlos con las bengalas... Es algo que le llega a uno. Cuando te vas haciendo mayor, esas pequeñas cosas las vas apreciando y valorando mucho más. Veo niños, gente mayor y señoras alentando y con cara de alegría y de decir: aquí estamos. Es algo único.

- ¿Qué planes tiene para la próxima temporada?

- No hemos hablado con el Celta para renovar pero no me quiero aventurar porque no sé qué puede pasar de aquí a junio. Estoy abierto a todo, pero en estos momentos solo pienso en el Celta. Mi cabeza está puesta en el Celta, en querer hacer bien este fin de curso y que el Celta se quede en Primera. Después, cuando termine mi contrato en junio, tendré tiempo para que mi cabeza se ponga a trabajar para ver qué hacemos, para ver qué propuestas hay, si me quedo o me voy. Eso se verá pero no me quiero aventurar a algo que no puedo llevar a cabo en estos momentos.

- ¿Le gustaría renovar?

- Tengo contrato hasta el 30 de junio y hasta ese día veré si hay tiempo o no de renovación, o veremos para dónde me lleva el camino del fútbol. No sé si queda tiempo porque en el Celta mis renovaciones fueron siempre en el último momento. No sé si influirá la edad o los minutos jugados, pero siempre he renovado con el Celta en el último momento. La última renovación fue un día antes de marcharme de vacaciones a Argentina, por eso no me quiero aventurar a algo o en pensar en algo que puede ocurrir más adelante y que no está en mis manos. Nunca se sabe lo que puede pasar en el fútbol.

¿Afronta estos partidos como si fueran los últimos con el Celta?

- Disfruto del día a día. Cuando llegas a cierta edad disfrutas de los entrenamientos, de ver a los compañeros del vestuario, de la gente que trabaja con nosotros, tanto el que está en la puerta como el jardinero o Nino de la lavandería, Edu el utillero, los fisios? Disfruto de todo. Nunca se sabe lo que puede pasar. Igual dentro de dos o tres semanas me piden para renovar, nunca se sabe, pero yo disfruto de todo. Sé que estoy en el ocaso de mi carrera, tengo 33 años y uno ya sabe que le queda poco tiempo. Me gustaría jugar hasta que el cuerpo aguante y no tiene que ser en un equipo de primer nivel. Tengo claro que no voy a estar con 38 años jugando en Primera en España, pero sí en otras categorías. Ahí colgaré los botines pero no me quiero arrepentir de que cuando tenga 41 o 42 años pueda decir que podía seguir un poco más.

- ¿Con qué recuerdo se queda de esas siete temporadas en el Celta?

- Me quedo con lo de haber conseguido la permanencia contra el Espanyol, con la afición estallando de alegría e invadiendo el campo. Eso supuso mucho porque te salvabas y tu máximo rival descendía. Fue un premio doble porque sabíamos que tenía que perder el Dépor y ganar nosotros para salvarnos. Fue una sensación muy extraña porque sabíamos que no dependíamos de nosotros. Me quedo con eso. Es verdad que lo de Manchester fue único, que estuvimos a un paso de llegar a una final europea, también la eliminatoria de Copa con el Alavés o el gol que marqué en Ucrania. Me quedo con muchas cosas, como el día que llegué, los compañeros o entrenadores que han pasado por aquí. Tengo muchos recuerdos del Celta porque ha sido el equipo en el que he jugado más años. Tengo tres equipos en mi vida: Almirante Brown, el de mi barrio, Racing de Avellaneda y Celta. Voy a ser uno más del Celta.