Desde su incorporación al Celta como último de los fichajes estivales en la temporada 2015-16, el delantero centro John Guidetti se metió en el bolsillo a la grada. Su accesibilidad, constantes guiños al celtismo y presencia en las redes sociales le convirtieron muy pronto en uno de los ídolos de la afición, a pesar de iniciar el curso como suplente. Su protagonismo en el campo creció con el paso de los meses, aunque no tanto como su popularidad entre la afición, que el tipo se ganó a pulso con su simpatía, alguna excentricidad (fue muy celebrado que empapelase el garaje de su domicilio en Coruxo con una gran foto de Balaídos), su popular canción y sus esfuerzos por dirigirse a la gente en lengua vernácula.

Pero además de afable y carismático, John Guidetti fue un hombre importante en las dos últimas temporadas de Eduardo Berizzo en el Celta, en las que aportó goles y buen juego, a pesar de que se le achacó (no del todo justamente) el fallo en aquella malograda jugada que privó al Celta de jugar la final de la UEFA Europa League en Old Trafford. En su dos años largos en Vigo, Guidetti demostró ser un profesional esforzado y un artillero fiable, a pesar de que el personaje superó a menudo al futbolista. Sus números con el Celta no son desdeñables: 22 goles en 95 encuentros con la zamarra celeste, 49 de ellos como titular y 46 como suplente. El internacional sueco anotó 11 tantos y 3 asistencias en LaLiga, 7 en la Copa del Rey (incluido el golazo que tumbó al Atlético en el Vicente Calderón) y 4 en la UEFA Europa League.

Tras una primera temporada un tanto irregular, pero con alguna que otra aparición estelar, la decisión consensuada de desplazar a Iago Aspas a la banda hizo crecer su protagonismo en su segundo año, en el que Guidetti brilló en las tres competiciones disputadas por el equipo. La llegada al banquillo de Unzué, pero sobre todo la estelar irrupción de Maxi Gómez, menguaron su presencia en el equipo y acabó por precipitar su marcha en el pasado mercado de invierno.

Guidetti era inicialmente la primera elección de Unzué pero una inoportuna lesión de rodilla en el Memorial Quinocho frente la Roma lo sacó a última hora del once y la contundencia del uruguayo, que anotó seis goles en sus siete primeros encuentros con la zamarra celeste, acabó sentenciándolo al banquillo. La falta de minutos en año de Mundial precipitó su marcha en enero pasado.

Fichó por el Alavés, al que llegó cedido con una cláusula de compra obligatoria por 4 millones de euros, que el club vasco ejecutó en junio pasado para adquirirlo en propiedad. A las órdenes de Abelardo Fernández, el técnico blanquiazul, Guidetti ha alternado la titularidad con la suplencia, con números más bien discretos: 3 goles y 3 asistencias en 17 partidos. Este curso suma un pase de gol pero aún no se ha estrenado. Su último gol lo marcó esta misma semana con Suecia en el empate firmado contra la Eslovaquia de Stanislav Lobotka (1-1).