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El nuevo pulmón de Balaídos

Exitoso estreno de la grada de animación de Río, donde conviven miembros de una decena de peñas

Los aficionados de la nueva grada de animación, durante el partido contra el Espanyol. // Marta G. Brea

Son el nuevo pulmón de Balaídos en la cambiante anatomía del estadio. También su garganta. En la esquina de Río Bajo que se asoma a Fondo, en la frontera de lo viejo y lo nuevo, un millar de seguidores se han congregado para alegrar el clima de los partidos. Ante el Espanyol nunca desfallecieron, pese al calor. El Celta celebra el éxito. Su director de instalaciones, Julio Vargas, pronostica: "Según pasen las jornadas será una grada de referencia".

Ya se quiso conformar en la zona un núcleo de animación el año pasado, con escasa repercusión. "En otros países hay gradas enteras, fondos... En España son novedosas. Algunos equipos lo consiguieron como el Alavés. Pero no existe una cultura de grada de animación", explica Vargas. "Se intentaron buscar soluciones organizativas, se copiaban cosas, se daban palos de ciego. El Celta intentó conjugar ideas con otros clubes y salieron normas que no gustaron a todos. La idea quedó limitada".

Hubo restricciones que espantaron a muchos posibles destinatarios, como las limitaciones máximas y mínimas de edad. Vargas revela: "Hemos hablado mucho con los aficionados para saber qué querían, hacia dónde creían que debía ir la grada. De ese consenso global, de preguntar mucho y aportar ideas, se ha llegado a esta nueva iniciativa".

Vargas ha encargado el proyecto a Juan Adell, uno de sus principales ayudantes, que tiene entre sus funciones la de oficial de enlace con los aficionados. "Ha sido un trabajo de cirujano, de bisturí", le elogia el director de instalaciones.

Adell tuvo primero que convencer a algunos renuentes de la conveniencia de mudarse a la esquina de Río Bajo. En Gol había nacido el año anterior un colectivo, Siareiros Celta Vigo, formado por aquellas peñas que habían querido construir su propio punto de reunión "alternativo al oficial, de impulso popular" y muchos preferían conservar la ubicación. "Desde el club se valoró", indica Adell. "Pero la zona no está bien separada e íbamos a molestar a los otros socios. Tienen que ganar todos". Vargas profundiza: "La edad media es más alta. Es un socio de toda la vida". La respuesta de Siareiros Celta Vigo a esa reflexión fue positiva. "El club no puede perjudicar a otros socios. Todos son igual de celtistas. Cada uno lo manifiesta a su manera. Lo entendieron".

En la nueva ubicación se han instalado miembros de las peñas Os do Banco, Celtabirras, Fútbol de Salón, Tropas de Breogán, Irmandiños, Preferencia, Colectivos Nós, Centolos... "Boinas, por ejemplo, no estaba en Gol y ha querido meterse. También la gente joven de la peña Baixo Miño. Hay más peñas interesadas", enumera el oficial de enlace, que resalta la riqueza del mosaico céltico: "Cuando yo iba al fútbol en los noventa, no existía tanta variedad de peñas. La gente joven no contaba con demasiadas alternativas a Celtarras, Comando o Barullo no Área. Han nacido como setas peñas de ese perfil, grupos pequeños, que no quieren deshacerse, sino que se reúnen y coordinan para sumar. Es el futuro. Existe potencial. Yo veía en los viajes cómo todos se juntaban para animar y pensé: '¿Por qué no en Balaídos?".

Limitaciones de espacio

Existen limitaciones de espacio. Son mil asientos, que Vargas y Adell hubieran querido al menos triplicar. "Pero con los accesos, las obras...", se lamenta el director de instalaciones. La gran revolución llegará cuando puedan disponer de los fondos nuevos, de incierto calendario. Con el perímetro del estadio ya cerrado en perfecto rectángulo, la sonoridad se disparará. Entre tanto, el objetivo es que el conciliábulo peñistas se asiente y cuaje. Es cosa de los hinchas. El club facilita, pero no tutela. "No es una grada de animación al uso, algo que la gente pueda entender como de aborregados". Vargas rechaza ese concepto: "Es una zona para vivir el fútbol de otra manera, algo libre, para que los aficionados vayan a divertirse". Adell acota: "Tiene que ser una grada que sume, siempre en positivo. Sabemos que hay una serie de restricciones por parte de la Liga. Y los de Siareiros ya estaban muy comprometidos con eso de evitar cánticos que perjudicasen al club. Por lo demás, ellos siempre tienen que ser los protagonistas".

Un comité gestor

Los ocupantes de la grada han conformado un comité gestor, con representantes de las diferentes peñas, que resuelve con Adell las cuestiones de funcionamiento. Se habla de crear comisiones dedicadas a diferentes asuntos: generar material para ventas, creación de nuevos cánticos que huyan de lo adocenado... El club está estudiando la posibilidad de abrir las puertas y la cantina del sector tres horas antes de cada partido para que los seguidores acudan "y vean el partido anterior y organicen otras actividades, incluso conciertos. Queremos que sea una zona de encuentro cómoda, adaptada a los usos de la gente", describe Vargas, feliz porque "los aficionados se respetan mucho entre sí, se han unido para animar al equipo y pasarlo bien". Concluye: "El éxito que está teniendo reside en el gran curro de Juan y en la propia gente, que quiso crear esa grada y ha luchado por ella".

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