El Celta B puede seguir soñando. Lo hará al menos una semana más. Porque el filial céltico visitará el próximo domingo el Cartagonova con sus opciones de continuar peleando por el ascenso a la Segunda División totalmente intactas. Se lo ha ganado después de no solo tutear al campeón del Grupo IV sino incluso haber merecido un premio mayor al empate sin goles en un Municipal de Barreiro totalmente abarrotado para tan importante cita. Y todo ello ante un equipazo como el Cartagena, un conjunto que hace apenas siete días saboreó durante noventa y seis minutos y medio el ascenso para, en un trágico final, quedarse sin él por un gol en propia puerta en el último suspiro.

El conjunto de Rubén Albés, por el contrario, llegaba a esta segunda eliminatoria del play off de ascenso con la ilusión desbordada después de su victoria en la tanda de penaltis frente al Marbella, pleno de confianza y en uno de los mejores, sino el mejor momento de la temporada.

El Cartagena conocía la intensidad con la que habitualmente comienzan sus partidos los célticos y que en la anterior eliminatoria tan cara le había salido al Marbella al encajar dos goles en el cuarto de hora inicial. De ahí que, aunque los locales se hicieron desde el inicio del choque con el balón y el dominio del encuentro, no se produjera su usual salida en tromba asediando la meta rival.

La defensa de cinco planteada por Alberto Monteaguado, con Cordero y Chavero por delante para apuntalar aún más la zaga, apenas dejaba huecos a un Celta B que, aún así, pudo adelantarse en el marcador instantes antes del cuarto de hora. Fue en un centro de Dennis Eckert desde la derecha que Juan Hernández, muy listo, consiguió cabecear adelantándose en el segundo palo a su marcador aunque su remate, en buena posición, se marchó ligeramente alto. El delantero alemán rozó también el gol apenas dos minutos después, en una defectuosa cesión de Michel Zabaco a su portero a la que Eckert no llegó por milímetros.

El conjunto de Rubén Albés monopolizaba casi por completo la posesión de balón pero no encontraba la fórmula para superar la nutrida y bien posicionada defensa de un Cartagena que tardó prácticamente media hora en conseguir enlazar una jugada combinativa. Eso sí, en su primer córner del encuentro (min. 27) pudo asestar un importante golpe a la eliminatoria al recoger Chavero dentro del área un mal despeje de los vigueses. Pero el mediocentro optó por controlar la pelota en lugar de buscar el remate directo, dando tiempo a Rai a aparecer para taponar el remate y abortar una peligrosa ocasión.

La respuesta del Celta B fue casi inmediata. Brais Méndez, muy activo durante todo el choque a pesar de la estrecha vigilancia a la que fue sometido y a las duras entradas que tuvo que soportar, encontró el hueco para poner un medido balón a la carrera de Dennis Eckert. El delantero alemán intentó poner el centro para que Drazic sólo tuviese que empujar al fondo de la red pero Zabaco apareció para salvar a los suyos y enviar a córner.

El partido estaba ya más vivo y abierto, con llegadas a las áreas por ambos bandos. Aketxe lo intentaba para el Cartagena con un disparo que Sotres atrapó con mucha seguridad (min. 32). Chavero, tras una buena acción individual, probó fortuna con un disparo alto desde la frontal (min. 34). Y Drazic cerraba la primera parte con una gran jugada personal, que culminaba con un disparo con la zurda ligeramente desviado.

La reanudación del partido tras el intermedio parecía anunciar un cambio de mentalidad por parte del Cartagena puesto que sus carrileros, el excéltico Dani Abalo en la derecha y Jesús Álvaro en la izquierda, avanzaban su posición varios metros. Los visitantes amenazaban con dar un paso adelante, conscientes de la importancia que para la eliminatoria podría tener conseguir un gol en Barreiro.

Sin embargo, esta novedad táctica permitió al Celta B encontrar al fin algún hueco sobre el que tratar de explotar la velocidad de sus atacantes. Y así llegaron los mejores minutos del conjunto de Rubén Albés.

Una recuperación en mediocampo de Álex Serrano puso suponer el 1-0 apenas transcurridos tres minutos de la segunda parte. El mediocentro céltico avanzó con la pelota esperando la llegada de un defensor para habilitar la incorporación por banda izquierda de Juan Hernández. Pero al ver que ningún zaguero le frenaba el paso siguió con el balón hasta la frontal del área, probando suerte con un tiro que se marchó fuera.

Solo dos minutos después fue Dennis Eckert el que sí encontró el hueco para hacer llegar la pelota a Juan Hernández, quien sacó un tiro cruzado que acabó en saque de esquina al rozar ligeramente en Mejías.

El Cartagena tiró de oficio para superar el mal momento, enfriando el partido con constantes interrupciones. Además, el Celta B ya no tenía el monopolio de la pelota puesto que ahora los visitantes también disfrutaban de largas posesiones. Eso sí, los pupilos de Rubén Albés habían cambiado de marcha. Ahora buscaban a toda velocidad la portería contraria.

La enésima recuperación de Kevin permitía a Brais buscar otra vez la carrera de Eckert, que volvió a intentar un disparo al primer palo fuera por poco. Fue solo dos minutos después de Barreiro se pusiera en pie para despedir a un jugador rival pero con declarado corazón celeste como Dani Abalo.

Así se llegó al último cuarto de hora, en el que ambos conjuntos demostraron ser plenamente conscientes de que todavía queda un partido de vuelta. Cualquier error podía costar muy caro. Brais lo intentó en una falta lateral ligeramente escorada a la derecha en la que buscó un disparo directo que Pau Torres acabó despejando con muchos apuros (min. 76).

Menos fino estuvo Sotres ya en los últimos diez minutos al rechazar con la cabeza un balón largo que recogió Owusu. Sin el meta céltico bajo palos, buscó un remate de primeras que Ros abortó casi sobre la línea de gol.

Y casi con el tiempo reglamentario cumplido, la mitad de la grada de Barreiro cantó un gol que hubiera sido un increíble tesoro para visitar Cartagonova en un gran lanzamiento de Dejan Drazic desde la frontal que rozó la escuadra de la meta visitante.

Pero la pelota no entró y el encuentro finalizó sin que se moviera el marcador inicial. Un 0-0 que invita al optimismo puesto que el Celta B sabe que una victoria o cualquier empate con goles le permite seguir soñando con el ascenso.