Juan Carlos Unzué se propone construir el nuevo Celta por los cimientos, de abajo a arriba. Por eso el entrenador celeste ha dedicado buena parte de la primera semana de entrenamientos a instruir a la plantilla en los fundamentos de su modelo defensivo, diametralmente opuesto al empleado por Eduardo Berizzo en las últimas tres temporadas. La nueva forma de defender es por ahora lo que más ha llamado la atención de los jugadores, tal como reconocía ayer Hugo Mallo, capitán y referente de la zaga céltica. El preparador navarro ha desterrado los marcajes al hombre que tan peculiarmente caracterizaron el estilo de su antecesor y concede mayor importancia a dar una limpia salida a la pelota. No importa tanto dónde se robe el balón como qué uso darle para armar el ataque desde atrás con el menor riesgo.
"El año pasado defendíamos con marcaje al hombre y esto lo estamos cambiando. No es fácil porque llevábamos tres años jugando de este modo y el equipo ya está acostumbrado a este sistema. Pero bueno, poco a poco, pasito a pasito, lo vamos haciendo". Así explicaba ayer Mallo la nueva "vida en la zona" del Celta, un cambio que exige menos desgaste físico y menor riesgo que la marca individual.
"[Unzué] También está dando mucha importancia a la salida del balón, que es algo que también estamos trabajando. Somos un equipo pequeño en estatura y necesitamos que la pelota vaya por abajo", ha señalado el lateral celeste, que percibe nuevos matices en el uso del balón. Tanto Berizzo como Unzué apuestan por dar protagonismo a la pelota, aunque de diferente modo. "A todo entrenador le gusta tener el balón, lo que estamos cambiando son los matices de cómo tener el balón", explica.
La inclinación de Unzué a dar una salida aseada a la pelota desde atrás puede cambiar los papeles en la defensa, donde seguramente va a ganar peso Andreu Fontás, un central muy de la escuela azulgrana, cuya mayor virtud es precisamente el criterio para sacar limpiamente el balón.
Uno de los problemas es que al Celta le sobran centrales y le faltan laterales. La posición de lateral es la única de la defensa que el equipo no tiene doblada, aunque lo compensa en buena medida con la versatilidad de Jonny y Roncaglia, que pueden ocupar cualquiera de los dos costados de la zaga sin perjuicio para el rendimiento defensivo. La "espantada" de Samuel Araújo, que la pasada semana forzó su cesión al Barcelona B, ha incrementado este déficit, pues la idea del club era recurrir al canterano en caso de necesidad. La nueva situación hace que el Celta se plantee fichar a un lateral, aunque ello suponga dar la baja a alguno de sus cinco centrales.
Al margen del evidente coste que supuso la pasada temporada alternar tres competiciones casi hasta el final, el nuevo preparador céltico parece también decidido a mejorar los números de la zaga y ello implica un cambio en el modo de proteger la portería.
La pasada temporada el Celta pagó un precio muy elevado por un atrevimiento que Unzué quiere evitar este año. Los números son concluyentes. El pasado curso el equipo vigués encajó en la competición regular 69 goles, la cifra más alta desde la campaña 2012-13, cuando el equipo coqueteó peligrosamente con el descenso. Solo cuatro equipos recibieron más goles que el Celta: el Osasuna (94), el Granada (82) y el Sporting de Gijón (72) y Las Palmas (74). De todos los equipos de la categoría solo los tres equipos que descendieron y Las Palmas defendieron peor que los celestes.
Juan Carlos Unzué pretende que los números del cuadro celeste se acerquen en la temporada a los de su etapa con Luis Enrique. Entonces los célticos recibieron en la Liga 54 goles, siendo el décimo equipo del campeonato liguero en este apartado.
